En algún momento los medios hegemónicos llevaron a El Dipy a las pantallas porque rendía el personaje del artista popular que habla simple y se refiere a los problemas de la calle.

Como suele ocurrir con muchos, al Dipy se lo comió el personaje, fue profundizando su discurso antipolítica para convertirlo en un arma de uso para la oposición ya que dejó de criticar a todo el arco para centrarse en el Gobierno.

En TN le preguntaron sobre los colegios tomados y como no podía ser de otra forma, le pegó a los estudiantes acusándolos de tener intencionalidades partidarias.