Laura Alonso, al frente de la Oficina Anticorrupción, tuvo casi que obligar al ministro de Energía, Juan José Aranguren, a desprenderse de las acciones de Shell.

La decisión llegó luego de una ola de críticas y reproches por haberse beneficiado a través de las políticas que él mismo implementó en relación a las acciones que todavía tenía en la empresa petrolera.

Pero Aranguren no es el único alto funcionario de Macri que tiene relación con empresas multinacionales, que particularmente no bregan por los beneficios del país.


Sino que hay varios ministros y funcionarios muy importantes que tienen relaciones directas, familiares o indirectas con empresas. De hecho, con algunos bancos responsables del reciente feroz endeudamiento del país.