Mientras el gobierno continúa de oídos sordos a los reclamos de la sociedad, cada vez son más los indicadores que muestran que crece el descontentó. Esto mismo refleja una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que difundió el diario Página 12, este domingo. 

Según el análisis, siete de cada diez argentinos dicen que la economía está mal o muy mal. También siete de cada diez sostienen que es imposible pagar la tarifas de acuerdo al aumento dispuesto por el Gobierno, mientras que una nítida mayoría afirma que el ministro Juan José Aranguren debería renunciar. Nada menos que seis de cada diez argentinos sostienen que está de acuerdo con las protestas por los tarifazos, algo inhabitual porque, en general, suele suceder que los ciudadanos pueden estar en contra de tal o cual medida, pero tienden a ser reacios a las protestas.

Al respecto, el director de CEOP, Roberto Bacman, sostuvo al mismo medio que los recortes en los gastos familiares vienen en crecimiento y subieron 4,4 puntos con respecto al mes anterior. "Es decir que son cada vez más los que tienen que recortar. En cuanto a los recortes propiamente dichos la estructura observada fue similar al mes anterior: 37,7 por ciento tuvieron que resignar en alimentos y bebidas, con menor consumo de carnes y lácteos, más de harinas y polentas, pases a segundas y terceras marcas; el 27,2 por ciento recorta en servicios; 14,8 en ocio y entretenimiento; 9,7 en vestimenta y calzado y hasta un 2,6 por ciento en salud y medicamentos”.

Según el experto, quienes más tuvieron que recortar son los de clase baja y los residentes del conurbano bonaerense. "Sin lugar a dudas afecta a los sectores más desprotegidos de la sociedad donde la falta de trabajo y el constante aumento de la inflación los está castigando. Asimismo, el ajuste en alimentos y bebidas inquieta más a los pragmáticos independientes, a los que no son ni oficialistas ni opositores. Este dato deja al descubierto que los sectores de la típica clase media también han tenido que adaptarse a estos nuevos tiempos, cambiando hábitos de compra y consumo. El ajuste en los servicios afecta más a los de nivel bajo. Es indudable que no pueden pagar los aumentos que reciben y los que hasta el momento lo han hecho, es por el temor a que les corten los servicios. No existen dudas: estamos en el ojo de la tormenta de una verdadera crisis”, remató.