“Es ridículo (cambiarle el nombre al Centro Cultural Kirchner). Nació de una manera, tiene un nombre, y habría que mantener su identidad”, había dicho en diciembre pasado la directora del establecimiento que puso Javier Milei.

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Sin embargo, en palabras de Ambrosio, el gobierno decidió caer en el 'ridículo'. Esta mañana, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó que el CCK “dejará de llamarse como tal”

Pasado el efecto de malestar que generó el negacionismo de Estado, el gobierno buscar ahora provocar al kirchnerismo al borrar el nombre del ex Presidente el Centro Cultural más importante del país.

Pero más allá de la ya vieja táctica de los libertarios de enfrentamiento constante en los discursivo para que no se hable del hambre y la pobreza que están generando con el ajuste, lo cierto es que en este caso habían dicho que no lo harían. 

En diciembre, a poco de asumir funciones, la titular del CCK puesta por Milei había negado enfáticamente que habría un cambio de nombre. A tal punto que calificó de “ridiculez” hacerlo.

En su momento, Cristina Kirchner ordenó retirar la estatua de Néstor del salón principal del ex Correo Argentino. La decisión llamó la atención, pero quizás la ex Presidenta actuó a sabiendas de lo que podría ser capaz el gobierno de LLA, de quien a esta altura se puede esperar cualquier cosa, incluso llamar a un acto público para mancillar el busto. 

Desde el gobierno todavía no definieron cuál será el nombre nuevo del CCK, lo que demuestra que sólo se trata de una declaración que tiene como finalidad provocar a la oposición instalando un nuevo tema de debate, para ocultar la falta de resultados económicos favorables para las mayorías.