Hace unos días, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quiso hacerse el “galán” en diálogo radial, y afirmó que "a todas las mujeres les gustan los piropos, aunque les digas ‘qué lindo culo tenés’". Ante la desaprobación generalizada, el líder del PRO la quiso arreglar, aunque la terminó embarrando más, al argumentar que aspiró hacer "un comentario desde la galantería".

En este sentido, el programa Duro de Domar invitó al debate a la Legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por Nuevo Encuentro, Gabriela Cerruti, y al actor, guionista y cineasta, Sebastián De Caro, quienes dieron su opinión acerca del límite que puede tener un piropo y además, se mostraron en desacuerdo con las poco felices declaraciones del jefe de porteño.

Para Cerruti, el tipo de piropo que propone Macri, “contribuye a que las mujeres se sientan inseguras en la sociedad”, ya que de acuerdo con la legisladora, “en la calle, del piropo al acoso, hay un camino muy chico”.

“Una cosa es el alago mutuo, y otra es lo que habla Macri, que es la grosería, que implica manifestarte un deseo sobre tu cuerpo, que es tuyo”, explicó la legisladora, quien también indicó que a su parecer, el límite de un piropo tiene que ver con “una actitud, un deseo”, sobre el cuerpo de otra persona que no consintió, es decir, una “actitud que es unilateral”.

En el mismo sentido, Cerruti sostuvo que esta problemática conlleva a que las chicas tengan que “cuidarse en cómo se visten, por miedo a que les digan cosas demasiado agresivas, y eso es quitarles la libertad”, y concluyó: “Las mujeres siguen siendo una clase oprimida en el mundo”.

Por su parte, Sebastián De Caro admitió que a menudo suele “ensayar alguna frase, a veces más feliz, a veces menos feliz”, destinada al sexo opuesto, aunque destacó lo gravedad de los dichos de Macri en relación al “lugar de importancia que tiene en la política”, y disparó: “lo que yo espero del jefe de gobierno no es que ande diciendo en una radio ‘que lindo culo’”.

“Estamos en un grado de agresión a la mujer, que es extremo”, subrayó De Caro, y agregó que también la problemática se transfiere indirectamente a los hombres: “Parece que si uno no quiere darle a tal o cual mujer, es poco o menos que alguien, que está deshonrando al género”.

Mirá el informe de Duro de Domar: