La presidenta Cristina Fernández de Kirchner partió anoche a Cuba para presenciar la Misa que el papa Francisco oficiará el domingo en la Plaza de la Revolución de La Habana, en donde está todo listo para celebrar la ceremonia que será presenciada por un millón de fieles.

La ciudad aguarda con expectativa esa jornada histórica, según observó la periodista Marisol de Ambrosio de la agencia Télam.

Cristina arribará el sábado al aeropuerto internacional José Martí de La Habana alrededor de las 5 de la mañana y se alojará en el tradicional Hotel Nacional, en donde se montó una gigantesca sala de prensa que reunirá a más de 400 periodistas acreditados de todo el mundo.

El país se encuentra conmovido por el inicio del diálogo diplomático con Estados Unidos, tras décadas de bloqueo de Washington a la isla; negociaciones en las que el Papa argentino cumplió un rol trascendental.

Los cubanos se encuentran expectantes por la tercera visita de un sumo pontífice a la isla, tras el paso de Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012.

Es la séptima vez que Cristina se verá con Francisco desde el inicio del pontificado de Jorge Bergoglio. Previamente compartió cuatro audiencias privadas y dos encuentros en ocasión de las giras papales por Latinoamérica.

La misa se dará a un costado del Monumento al "Che" Guevara, en donde se montó un imponente estrado papal cubierto con follaje propio de Cuba, frente a una gigantografía de Cristo colocada en el edificio de la Biblioteca Nacional, y delante de un enorme panel que anuncia la llegada del "Misionero de la Misericordia", tal el lema de la visita de Francisco.

El Papa visitará la isla durante tres días, y estará en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba, en donde venerará a la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de ese país; además de reunirse con jóvenes y sufrientes y también con obispos.

Luego de su paso por la isla, Francisco se dirigirá hacia Estados Unidos, en una misión que encarará "con gran esperanza", tal como describió días atrás en el Vaticano.