El Grupo Clarín no se siente nada cómodo con el último anuncio presidencial para la creación de Nuevo Sistema de Medición de audiencia.

Es que la aparición de una medidora transparente pone en jaque el predominio de los canales poderosos, que dependen de los números ficticios de IBOPE, una empresa privada por demás cuestionada.

Es por ello que el ex monopolio, cada vez con menos credibilidad, sale con los tapones de punta a desprestigiar a la medidora estatal.

El objetivo de los ataques es poner en cuestión la potencial veracidad de las cifras que difunda el organismo, pero sin siquiera analizar cómo se llevarán a cabo las mediciones. La intención, es clara: defenestrar la medidora estatal, porque esto podría perjudicar el modelo de negocios que sostiene Clarín.