Apenas se conoció que el proyecto de ley ómnibus volvía a comisiones, transformándose en la primera gran derrota legislativa del gobierno de Javier Milei, el presidente acusó a los gobernadores de traidores y después publicó una lista negra de los diputados que votaron contra su mamotreto.

Pero ahora y con la intención de tratar de quedar bien parado el presidente aseguró que fue él el que tomó la decisión de levantar el proyecto.

Obviamente Milei, desde Israel siguió insultando a legisladores y gobernadores y aseguró que desguazaron su proyecto para sostener los mecanismos a través de los cuales “le roban a los argentinos”.

Suena raro, sobre todo teniendo en cuenta de que ni el jefe de bloque de La Libertad Avanza, Oscar Zago, ni el ministro del Interior Guillermo Francos tenían las más mínima idea de cómo funcionaba la cosa y consideraban que la aprobación en general seguía vigente, demostrando el nivel de improvisación del gobierno.

De hecho tanto diputados como ministros y hasta el vocero hubieran tenido un gran argumento si hubieran podido decir que la decisión de tirar para atrás la ley había sido tomada por el mandatario.