En el medio de lo más feroz de la represión, un patrullero quiso pasar una valla a toda velocidad y lo logró, pero se llevó puesto a un efectivo de la policía de la Ciudad.

El hombre que pudo haber resultado herido por el golpe salió ileso. Aunque las cámaras captaron cómo se le cayó su arma reglamentaria a pesar de la orden expresa de la justicia de que no podían portarlas.

El policía tal vez no terminó en el hospital pero si la justicia funciona como debiera, al menos deberían sumariarlo.