Por fin el ingeniero Macri con hiperactividad laboral, un logro del círculo rojo, el presidente comenzó hace una semana con un cambio de modelo, al anunciar un parcial levantamiento de las restricciones externas, aunque ya incumpliendo con las promesas de campaña, los dólares no llovieron pero se los ve dispuesto a cambiar el rumbo económico. De todos modos hay dos cuestiones que habrá que ir mirando en los próximos pasos en la medida que el nuevo gabinete económico vaya tomando decisiones: 1) el grado de consistencia de las medidas que se vayan anunciando y 2) la evolución de variables clave como tipo de cambio; tarifas; inflación y salarios. No por usted o por mi, sino por la auditoria de mercado que lo estará mirando y lo puede testear, aunque el equipo económico sea “PRO Washington”, grupo sanguíneo “DC positivo”.

La devaluación del peso fue una de las dos  decisiones de envergadura en el debut. La otra, el levantamiento de los controles a los capitales golondrinas-después de una década- generalmente eso debe hacerse de forma lenta y gradual, pero Prat Gay cortó controles de un día para otro.  En otro orden de cosas, retrocediendo a la expectativa del mercado sigue sin reponer el pago de las importaciones. El anuncio “populista cacerolero”: fue el levantamiento del límite a 2 millones de dólares mensuales para la compra de empresas y particulares que se suponía iba a estar inicialmente restringido. Con el correr de las semanas, el próximo test importante será el “pass trough” (traslado a precios) ya que hubo un “step forward” (paso adelantado a precios) de la suba del tipo de cambio, en un contexto en que la expansión monetaria esta alrededor de 40% anual, las paritarias lucen vibrantes, y no se ha explicitado el programa fiscal y monetario que podría varar las desencadenadas expectativas inflacionarias.

Para que el plan resulte sustentable, aún falto descubrir cuestiones importantes que aseguren su consistencia ortodoxa. Por ahora, hay señales de cuál será la política cambiaria, un régimen de tipo de cambio único de flotación administrada, donde el BCRA intervendrá para mantener el tipo de cambio dentro de una banda, pero no se anunció un programa fiscal ni un programa monetario. Hoy no se sabe cuál es el cocktail entre baja de impuestos y reducción de subsidios.

Sin duda, el cambio de rumbo económico, la vuelta de la despolitización de la política y la naturalización de la dominancia financiera, restableció la posibilidad que podamos estar en un punto de inflexión tras la década ganada y, ha dado lugar a un apoyo incondicional del entorno neoliberal-actores locales e internacionales- que concedió una señal de mejora en la confianza ante la expectativa de que la Argentina vuelva a ser un “país normal”, como dicen.

Con este rumbo, el nuevo gabinete tiene el mandato de cuidar el capital político de Macri evitando el menor indicio de reinstalación de un súper ministro de economía anunciando paquetes de política económica que espanten a la sociedad, como los de Martínez de Hoz y Cavallo. No hubo un extraordinario anuncio de un plan integral, seguramente se irán efectuando los anuncios de medidas puntuales, según la recomendación de un ejército de asesores de marketing, en la medida en que haya cuestiones urgentes, o que las circunstancias lo posibiliten. En este escenario, la principal inquietud de “la City” pasa por la falta de un plan integral que coordine la política fiscal y la política monetaria, un plan que defina ambas con precisión. Faltan definiciones importantes, las señales sugieren que el gobierno de Macri se inclinaría por un plan económico que incluya una política monetaria restrictiva y una política fiscal no en exceso contractiva. De todos modos, lo más probable es que el Barcelona del neoliberalismo (no de los economistas*) vaya sintonizando ambas políticas para hacerlas consistentes. Por el momento “la City” manifiesta su preocupación, a la espera de  precisiones, los demás, con diferencia de matices, ya sabemos como sigue.

* El Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, no se otorga a quienes estudian en Harvard o  rinden mejores exámenes; sino a los que cuestionan, investigan y descubren algo. De esto ultimo, no hay ni un solo ejemplo en este equipo.