Contra un rival directo en la lucha por el título, en una cancha jodida, con un pésimo arbitraje y la dificultad de remontar un resultado adverso, este River volvió a dar una prueba de carácter y demostró que no se va a dejar pasar por encima así nomás. Para destacar nuevamente el esfuerzo y las ganas de todos, no sólo en la disputa de cada pelota, sino en la intención de no abandonar la idea madre que tiene este equipo. Las piernas no están tan frescas como en otros partidos, pero los muchachos siguen respondiendo.

Enorme la figura de ‘Teo’ Gutiérrez, que además de ser el goleador es el mejor jugador del campeonato. El colombiano dijo presente, se plantó ante los ásperos jugadores ‘granates’ y sacó trucos de la galera. No sólo clavó un bombazo, sino que regaló jugadas de una enorme riqueza técnica. Por momentos, parecía que estaba jugando en la playa. Esa es su esencia. La de cal: tras un exquisito enganche, tuvo la victoria en sus pies, pero en vez de pegarla al palo se la quiso tirar de caño a Marchesin como crack que es.

Para destacar el jugado cambio táctico de Marcelo Gallardo. Estábamos perdiendo, el árbitro no nos daba una y había que arriesgar. Afuera Vangioni (de mal partido), línea de tres abajo y tres puntas arriba. Pese a ser muy arriesgado, afortunadamente salió bien. Más allá de eso, desde aquí celebramos la intención y la actitud de querer ganar siempre, en cualquier cancha y bajo cualquier circunstancia. Incluso, con el 1-1 en el marcador, el campeón siguió atacando y generó varias ocasiones de gol.

Muy bien Ponzio. En una parada brava, el santafesino respondió y bancó la mitad de cancha. El reemplazante de Kranevitter jugó simple y cubrió bien los espacios. Ojala su rendimiento siga creciendo. Lo vamos a necesitar mucho. Otros puntos altos fueron Maidana, Barovero y Pisculichi.

Se viene un octubre donde vamos a jugar cada tres días todo el mes. Así como leyeron. El desgaste va a ser enorme y no quedará otra que comenzar a rotar. Claro, en un plantel tan corto como el de River muchas variantes no hay. El primer desafío será nada menos que el rival de toda la vida. El equipo trasmite seguridad y los delanteros llegan muy afilados a este duelo trascendental. Pero los clásicos se ganan, sea como sea. Más que nunca y como nadie, ellos nos van a querer bajar. Pero demostrémosle quien manda en casa. Que el domingo el Monumental sea una fiesta…