En un tiempo de caníbales, los buitres son una nube negra y avanzan por las grietas de las economías de los países emergentes. Su ruindad moral no tiene necesidad de conectarse con la real de los demás. No hay conflicto entre su conciencia y los preceptos que imparten. Tienen todo bajo control para satisfacer su codicia. Estos crueles oligopolios financieros expanden avaros su paradigma paranoico: ganar siempre. Son la prolongación metafórica de la esquizofrenia de EE.UU. Moliére quizás lo narró para los buitres de entonces. O para los que vendrían.

La agresión de esos fondos buitre a las finanzas del país no despierta mayor énfasis patriótico. A los confundidos les da lo mismo, suponen que no les afectará. Se equivocan. Los abusivos operadores de estos buitres sacan tajada. El lobista Grupo de Tareas (nombre que remite a la terrible dictadura) inventa las mentiras usuales para desacreditar las conquistas de la última década y estigmatizar a la inclusión social. Le vino de perillas a la derecha vernácula. Vivimos un momento recesivo con su escasez de divisas, adrede por parte de los que siembran soja y de terminales que retienen sus autos para crear desazón y devaluar.  Pero estamos demasiado lejos de una pre crisis similar al brutal 2001.

El mundo actual, elogiado por quienes se unen aquí a los buitres, vive una revanchista restauración ortodoxa conservadora. Sueñan volver a disciplinar a esta sociedad mediante el miedo y aumentar su ganancia con renovados ajustes, la no redistribución y la apropiación del Estado. ¿Cómo? Los buitres poseen suficiente capital financiero (coaligados a la banca) para originar una corrida cambiaria concentrando el mercado

Su odio al país habilitó su voto opositor a la Ley de Pago Soberano. La puerta a la sumisión que CFK acaba de cerrar a cualquier fondo buitre, no volverá a abrirse para la oposición. Desperdició otra noble ocasión para votar custodiando los intereses nacionales. Esa puerta tampoco se abrirá en 2015 si es elegido alguien que respete la sagaz tradición y la filosofía peronista abriendo el espacio a corrientes de otros sectores que levanten cual bandera la justicia social, vengan de donde vengan.  Es la forma de entrecruzar las voces de la Argentina progresista. Pero si en ese turbulento periplo electivo gana alguno de los disfrazados de renovadores (como Massa u otros similares), anuncian que borrarán lo hecho en esta década, el territorio trenzado por los hilos de la memoria del primer peronismo y los logros del siglo XXI del kirchnerismo. Pero a quien elijan, le será difícil pasar esta página histórica sin antes leerla.

El creador de WikiLeaks, J. Asangge, reveló: “Las estructuras de poder de Estados Unidos están en contra de la libertad de expresión; hagas lo que hagas no vas a cambiar eso”. Lo definió en la ONU la votación del G77+China para respaldar a la Argentina en “buscar una solución oportuna, eficaz y duradera” al problema de las deudas soberanas con fondos buitre. Si bien Rusia votó a favor, EE.UU se quitó la careta con sus aliados Inglaterra, Alemania, Francia, Japón e Israel: ellos votaron en contra, junto a otros ocho, a favor de los fondos buitre. Hubo, sí, 41 abstenciones. Fueron en la UE y estados en nórdicos unidos a EE.UU. Pero votaron contra los buitres 124 países. En total, 165 pueblos junto a la dignidad jurídica de una Argentina “no aislada”. Pueblos contra la especulación y el colonialismo, que depreda causando enfermedades y analfabetismo. USA votó contra la previsibilidad del propio sistema.

¿Por qué lo haría? Así como invadió sin permiso Pakistán para matar a Bin Laden o quizá invada Venezuela por el petróleo, está invadiendo económicamente la soberanía argentina, como anticipo de lo que hará. Los 124 países, no todos periféricos, que aprobaron en ONU condenar a los fondos buitre por la ruin extorsión del poder económico al político abogan por un control mundial, con certeza, al capital financiero. Pero no va a ser sencillo. Si bien la especulación económica pone en riesgo el bienestar de multitud de pueblos, cuenta (como publicamos en otra columna, cuando todos argüían que el gobierno de EE.UU era neutral) con el aval del FMI y su poder. Lo certifica que las corporaciones y los multimedios locales defienden este accionar de los buitres y consiguen confundir a la opinión pública con argumentos falaces: “Las sentencias deben cumplirse”. Creen que regularlos ataca la libertad del mercado.

Aparentemente, las corporaciones mandan y su objetivo sería dominar a los Estados-Nación, cualquiera sea su ubicación geográfica. Utilizan a voceros pagos en todos los países centrales y subdesarrollados. Los medios publican una información selectiva para definir en la sociedad su comportamiento colectivo. Orientan las expectativas económicas y lo que es justo o no, con análisis falaces. Mediante la perniciosa y letal concentración mediática, el sutil elenco de economistas conservadores circula por las radios y la tele como gurúes, al tiempo que editorialistas de diarios realiza otra parte de la tarea. Todos afirman lo mismo para condicionar el consumo de la gente. Siempre fingen neutralidad. Pero no es cierto. Son delegados ideológicos lanzando rumores y mensajes antipopulares que aplauden a corporaciones nacionales y mundiales y convencen a la población de la lógica de estos inaceptables reclamos.

La empresa Ejes de Comunicación monitoreó en julio 408 consultas en radios y tele a economistas. A C. Melconian (iba a ser “el ministro” de Menem) lo entrevistaron 40 veces; a J. L. Espert (que postula congelar salarios y jubilaciones) 22; y a O. Ferreres (el ex empleado de Bunge y Born) 19. La mayoría en canales afines a Massa: TN, 26 y 5. Tenga su opinión verosimilitud o no, indica que cierta gente les cree. Como a la temible E. Carrió y su porción de absurdos, permitidos por su cargo de diputada. Aunque no vaya a las sesiones o se ausente, como Massa. Cobran altos salarios y no cumplen el rol para el que fueron electos. Sin que sus votantes les reprochen. Así postulan un default que no es: “negociar y pagar”. La cláusula RUFO y lo que implicaría, lo rehúyen.

¿Qué hay detrás? Órdenes. Julian Assange, el creador de WikiLeaks, certifica que es EE.UU quien dirige todo. La quita a la deuda que hizo Kirchner, como venimos escribiendo desde hace años, estigmatizó al país. La decisión geopolítica de EE.UU fue evitar que otros lo imitaran. Para ello estimula este precedente, aunque lo disimule y fantasee que su sistema judicial es independiente. Hace diez años que EE.UU está aplicando, en diversos grados, la extraterritorialidad. Primero fue con sus soldados, luego un fiscal de Virginia lleva imputadas a personas de 69 países que no violaron la ley. Sin invadirlos, actúa como dueño de esas “colonias” y elude la inmunidad soberana. La gente olvida que tiene mil bases en otros países. Obliga a los policías de esos lugares a confiscar pruebas y extraditar ciudadanos. Se basa en la globalización. El caso Assange lo prueba. No está acusado de ningún delito. Siendo  australiano vive refugiado pues EE.UU busca extraditarlo de Inglaterra.

Por lo tanto, los buitres no son un grupo marginal. Es el modo agresivo del capital financiero internacional, y logra beneficios con la coerción y tareas de inteligencia privadas locales, o con Servicios a sus órdenes. Por dinero o prestigio. Operan sin escrúpulos, incluso con chantajes o buscando dinero de dirigentes oculto en el mundo. El falaz argumento de que su codicia invalidará futuras reestructuraciones (o las actuales) ha sido previamente estudiado. Eso creemos. La ley la manipulan a su antojo. A Perú la Justicia de EE.UU. lo perjudicó y lo mismo hace hoy.

Con la Argentina. Pues Singer y otros aportan fondos a los partidos de aquel país y logran amicus curiae ante sus juzgados. Tienen contactos en la banca, el Dto. De Estado, el del Tesoro y el FMI. Y su legislación se adecúa a sus intereses. Hay un mensaje implícito. No para nuestro país sino para los europeos que deben billones: España, Italia, Grecia, Portugal, Irlanda, etc: no reducir la deuda como Argentina o tendrán su mismo problema. Ahora bien: ¿hay solución? No, si el dólar comanda.

O si EE.UU evita el año próximo que legislen en la ONU sobre quiebra de un Estado; el vacío legal arrasará con muchos países en desarrollo. Los buitres manejan con astucia la extensión del miedo. Advierten que sus amigos en gobiernos les permiten actuar impunes contra la gente. El temor que causa Obama en Occidente cuando asusta con el peligro de Rusia (gasta sólo el 7 % del presupuesto militar de la OTAN y tiene una sola base exterior, en Siria) es pueril ante sus mil bases secretas. Es el Imperio Romano de hoy. China tampoco hace tambalear el poder de EE.UU. Tiene un cuarto del PIB de USA y gasta el 10 % de cuánto gasta militarmente EE.UU, que sigue siendo la única superpotencia, la que puede interceptar, sola, 1500 millones de comunicaciones diarias. China controla a sus 1300 millones con 25 % del presupuesto de USA.

Alguien dijo que, como líder, EE.UU falló. Falacias. Siempre actúa así: no respeta la soberanía de los Estados. Los agrede e interfiere dentro. Y tiene apoyo local: La Nación dijo el 9 de setiembre que los bonos no los compraron buitres sino “expertos en deuda incumplida”. Ese diario es hábil en eufemismos: miente, sin firma, que nuestra “moneda está en mínimos históricos”. ¿Su periodista habrá nacido luego del 2001?

Por supuesto, Singer dobla su apuesta, gasta más plata y pone avisos en los diarios exigiendo a gritos su derecho de propiedad y soslayando que compró bonos para litigar, lo cual prohíbe el art. 489 de una ley en Nueva York. Minucias. Tiene cómplices allá y aquí. Vivimos años, tras aumentar la deuda, castigados en la lluvia, esperando que pasara un  colectivo. Primero pasaba uno e iba lleno. No más dólares. Esperabas otro. Llegaba y te dabas cuenta de que no había sitio. Crecía tu deuda. Y seguían pasando, mientras uno continuaba allí, en la lluvia y sin más dólares. Aguardando, después, para pagar. Pero sin plata. Esto hacían los gobiernos previos. Esperar que se detuviera el colectivo, en tanto arriba aumentaba más y más la deuda. Sin modo de pagarla. Y uno en la lluvia, comiendo las migajas de esa deuda, que nos dejaba cada vez más pobres y al pueblo sin trabajo, con hambre y en la indigencia. Lo siento, no hay lugar para este país, no es viable, dijeron en 2001. Fue en 2003 cuando se levantó sin desanimarse e intentó hallar una salida.

Emplea Singer un nuevo criterio de justicia, varía ilícito el sentido de la Pari Passu. Parece que le gusta usar toga de juez. ¿Tenemos cara de vivir de recuerdos, del Proceso o del menemismo? La mayoría, no. El Pro, sí. Es su estigma votar contra el kirchnerismo. La ley que cuadre. Forma parte de una generación congelada que idolatra al menemismo. Le falla la memoria, anhela volver a esa época. “Sentarse calladitos y pagar”. La mayoría (75 %) no piensa igual. Hay muchos idiotas a los que no les importan hijos y nietos. Total, ellos no estarán vivos. Para otros, EE.UU significa mucho. “Liberó” a medio mundo. Es el referente. Querrían vivir allí. Sin duda, lamentarían que Singer perdiera, si bien él dice a los 63 que esperará “diez, veinte, treinta años”. O su empresa. Saldrá algún día de las vidas ajenas. Difícil que viva treinta años más.

Hoy Singer está confundido. Y su confusión nace de rectas cuestiones que no acaba de entender. Que para un gobierno sea más importante la tranquilidad del pueblo que hipotecar el futuro de otras generaciones firmando cualquier cosa. Son decisiones éticas demasiado complejas como para que las entienda un simple negociante ávido de más poder. Porque el dinero le sobra. Nunca podría gastar el que acumuló. Todos los sueños y deseos ocultos del extraño personaje alguna vez saldrán a luz. Qué deseo de humillar al otro le mueve. Quizá quién lo humilló a él de niño. No se conforma con el 300 % de ganancia. Pretende hundir al país. Tal vez inclusive –con sus gigantescos aportes lobistas al Tea Party y aquí- elegir al próximo presidente, y ser su gran poder detrás. Sabe que por menos de dos pesos muchos jurarán lo que él les dicta.

Tiene planes, y obedientes detrás. Pero no todo le salió bien: no logró embargar los 539 millones de dólares depositados en el NYM. Quizás cobró los seguros de default por mil millones, quizás aún no. Quedó al desnudo cuando se supo que integró el directorio de CDA que declaró ese “default”. Yo lo hago y yo lo vendo. O mejor, incluso lo cobro. Pero las bolsas mundiales no creen que sea un default. ¿Los de CDA que lo votaron –Citibank y J.P. Morgan, presuntos interesados en la deuda-, lo hicieron por un porcentaje o por convicción? A despertar, periodistas de los medios. Hay una palabrita, complicidad, que ninguno ha escrito.

El Gobierno procedió como un igual. Y demandó a EE.UU en La Haya. ¡Cómo se atrevió! Día a día les decimos que serán los más poderosos del planeta, pero con nuestra soberanía nadie juega. Quizá perdamos, pero esta lucha cuenta. Como aquel pescador de “El viejo y el mar”, la novela de Hemingway. Al final, tras pescar el mayor pez, lo devora un tiburón y llega al puerto con el esqueleto. Ha perdido. Pero sabe que, fracasando, venció. Aún no lloren los demás países, ni rían los buitres de adentro por nosotros. Todavía nadie nos enterró. Uno debe jugar con las cartas que tiene. Si son regulares, ya vendrán otras mejores.

Después del 31 de diciembre, hablamos. Habitan cerca, a doce horas, pero nos separa la distancia entre sajones y latinos. Basta de quejas. No nos gustan los domadores norteamericanos. Para ellos el dinero es todo, aunque destruya a millones. Son los fascistas actuales, como ya revelamos en varias notas. Y lo que más les place es pervertir a otros. Analice la real miseria en la Eurozona. Hoy es Singer. Paga millones a lobistas republicanos. O a sus abogados. Y un juez le pregunta A ÉL qué resolución debe tomar; y lo obedece. Ciegamente. Algo novedoso.

¿Qué más pueden intentar? Ahora hablan de un futuro negro, de una Presidenta que tal vez deba irse de apuro. Buitres. Quizás encuentran alucinante el falso default. Como un asesinato sin palabras. Un golpe “blando” sin aparentes responsables, aunque Obama se abstuvo en la OEA de condenar y silencioso los respaldó. ¿Qué pasa, señores? ¿No supieron de pueblos hambreados por los buitres? ¿O qué hizo Singer en el Congo? El mundo está cubierto de asesinos norteamericanos. El problema es que jamás los juzgan. Revisen aquellas 50 invasiones de EE.UU desde hace medio siglo. El mundo les debe varios Nuremberg: Vietnam, Panamá, Haití, Irak, Libia, Siria. Un mundo lleno de asesinos, y también de modos de ser asesinados. Similares a Singer, matan un poco a los demás, sin que nadie lo note ni castigue. Hay demasiados.

Estas deliciosas criaturas –los buitres- parecen algo complicadas. Los seres sencillos y con dignidad no los comprenden del todo. El poder es un néctar peligroso. Algunos compañeros comentan la corrupción de éste o aquél y dicen que no quieren quedar pegados. La corrupción en Argentina –casi siempre imposible de probar- es caca comparada con las de España o Italia. Un buitre creyó –con dinerillos- que podía abrir la puerta de la Argentina y volverla a cerrar, apagar la luz y acostarse con ella. Le salió el tiro por la culata a EE.UU, el poder detrás de ése. Si otros banqueros tienen problemas como hoy George Soros, quizás EE.UU acepte cambiar la jurisprudencia de reestructuración, pues las disputas entre los grandes inversores les causarán conflictos de pago.

¿O viviremos siempre así, enfrentando al Goliat sin piedra en la mano, como los primeros cristianos?  El kirchnerismo organizó precedentes positivos. Pero a los enemigos no les importa. Complotan filtrando sus informes negativos e inútiles. Celebran cualquier mala noticia. Su fatal incentivo son los lobistas, parecería que pagan muy bien. Pero el juicio de la historia superará a las presiones financieras, y a tanta vigilancia geopolítica. La Historia nos absolverá, como dijo Fidel Castro. Porque las relaciones de fuerza no favorecen a los débiles países del Sur. Dos civilizaciones opuestas: poder versus ideal. Y sin embargo, resistimos.

La noche se acaba y está amaneciendo. A la corta o a la larga, vamos a ganar. Y los buitres no van a llevarse los millones en su mortaja. En algún momento entrarán en la eternidad, como afirma Shakespeare en “Macbeth”: “Larga es la noche, que nunca encuentra el día”. Una parte de nuestra victoria. La ley de la vida corre también para los millonarios.

Aunque a ellos no les importa ni su propia casa. El Banco Mundial dice que cien millones de norteamericanos comen poco, igual que la mitad de la población de Los Angeles y de Nueva York, y uno de cada cinco niños en el país. Padecen “inseguridad alimentaria”. Es decir, hambre.

La Presidenta intenta que vivamos algo mejor. Pues nosotros somos gente común, como era su padre o como es su madre. No resultamos extraños para una mujer que vivía sin gas natural y sin cloacas. Ya no importa el nombre o su cargo; lo que cuenta es que perdió a un marido de 60 años y sigue adelante porque tiene razón. Y un corazón blanco.

Ellos tienen corazón negro y la razón no la tendrán jamás. Nosotros sí. Para que el piso de conquistas se nutra con más transformaciones, las logradas sean irreversibles y esta vocación de futuro una a la juventud.

Casi hemos vencido. Pero sabemos que el “casi” no es revolucionario. Amanece “bajo un toldo de estrellas”, sugiere un tango. Aquí en el Sur. Donde los buitres están aprendiendo, desdichados, que nace el viento.