Para defenderse, uno debe saber, ciertamente, quién es su enemigo. Hablo de la clase media, los sindicatos y desamparados. ¿Quiénes los incitan? Los dueños del Poder: periodistas y una oposición cipayos. En la década del 90 dije en la tele que vivía en una seudo democracia, y el tiempo me dio la razón. La vida es una carrera de obstáculos donde lo que cuenta es el resultado final. Este planeta, digo, es una dictadura oculta que todo el mundo disfraza de “democracia”. El poder está en manos de los Menos. Ellos utilizan a las mayorías casi esclavas, en su provecho. Los vulnerables sufren tanto como los 100 mil esclavos de Atenas, que no vaciló en asesinar a Sócrates y Platón por disidentes.

Elección de medio término sin debate. ¿Qué podría defender la actual oposición? Subió con 5, 9 % de desocupación y la duplicó. Despidió a 230 mil. Subió el dólar un 500 %. Hizo tarifazos impagables. Persiguió a opositores. Pagó con plata del Estado a querellantes contra Irán y a los fondos públicos de la AFI, los pasó a secretos. ¿Cuánto hurtaron?

Los periodistas lo saben o intuyen: hay que obedecer al Poder para ir hacia arriba. ¿Cómo? Haciendo lobby para entregar las riquezas de su propio país, antes que lo hagan la concentración mediática y el auge de las redes. La Atenas de hoy está a la Derecha y obedece al Norte. Medio país quiere vivir en los EE.UU. y está lleno de odio al de abajo.

¿Qué es el odio? Según el Nobel George Bernard Shaw, “El odio es la venganza de un cobarde intimidado”, es decir del que imagina un acto de venganza. ¿El motivo? Normalmente se cree superior al otro. ¿Cómo actúa? Ensucia al adversario. Es esta técnica de la oposición.

En la CABA y las provincias, hay muchos políticos psicópatas, por eso entre ellos, se llevan bien. Varias fotos sonrientes entre candidatos de opuestos partidos, lo certifican. ¿Cómo los definiría? Psicópata es uno que cree que las normas se aplican a todo el mundo, menos a él. Si el lector analiza los dichos de unos y otros, les hallará rasgos comunes.

No usuales en la gente que rodea al lector. Mentiras, traición, cambio de discurso, respeto compulsivo a las encuestas y egos imposibles de tolerar para gente de vida normal y no irracional. Ni loca por el poder. Su proceder lo rige un principio inmanejable: la perpetua impunidad.

Ahora el campo hace paro por la carne, y desde 2017 exportó el doble. La buena va afuera, aquí es dura. En la tele se quejan sus alcahuetes, quieren exportar más y que los argentinos no la comamos. Yo me he criado comiendo la mejor carne, porque Perón tenía la Junta Nacional de Granos. Lo mejor quedaba aquí, el resto se exportaba. Ahora es al revés, y todavía lloran. ¿Y el Presidente? ¿Por qué no les pone freno?

¿No se enteró de que el empresariado concentra el mercado, eleva precios, los sube diariamente, subfacura y triangula pagando menos?

Más jueces probos investigarían al ex presidente. Por eso anuncia un golpe de Estado armado por jueces ruines y el Norte. Silencio de AF.

La clase media le cree a Clarín, a La Nación o a Todo Negativo. Sin chequear. Quien lo hace mira la tapa del diario, ve un informativo. Los elige cómo voz autorizada para informar qué sucede en esta sociedad. Ése es su primer error. Que la arrastra al odio y mañana al voto fallido. Médicos, abogados, psicólogos: carne sin cerebro, según decía Perón.

De lo contrario, con una deuda nueva de más de 100 mil millones de dólares y otra de 45 mil millones al FMI más intereses, no se entiende cómo alguien votará a Juntos por el Odio, quien lo atará por décadas.

Nadie descubrió que Juntos por el Odio actuó entre 2016-2020 como el “macartismo” entre 1947-54 en EE.UU. ¿Qué era? Ver en cualquier disidente o progresista (hoy peronista, kirchnerista) que se opusiera a su política de pobreza eterna, a un comunista. O como a un enemigo. Allá despidieron a 500 mil, aquí hay 42 % de pobres Y 35 % en negro.

“O se está conmigo o contra mí”, definió el ex. Así, envió sin juicio a muchos a la cárcel. Sin pruebas ni condena, tras espiar y escucharlos en secreto. El Poder Judicial calló y lo secundó. El sistema macartista y de la Mafia planteado en la Argentina. Total, pocos viven de aquella época, y menos aún la recuerdan. Sólo algunos certeros periodistas.

O quien como yo con una madre siciliana, visité dos veces a parientes, tuve una pelea con 5 “picciotti” y escribí en “Presencias interiores” 30 páginas sobre Leonardo Sciascia; él desnudó el sistema brutal de la Honorata Societá en Sicilia. De la Ndrangretta de Calabria no escribió. Aquí hay un político cipayo que la conoce, podría escribir un tratado. Y sería maldecido: porque en toda Sicilia son despreciados los cipayos.

Es la única isla del mundo que posee dos Premios Nobel de Literatura: el eminente Luigi Pirandello, el mejor escritor que tuvo Italia, y el poeta recitado en los campos de concentración nazis, Salvatore Quasimodo, único extranjero que alabó la Academia de EE.UU. Ni tenía sobretodo.

Otros ven a sus víctimas (lector o de la tele) como ovejas a manipular. Cuando la tevé apenas comenzaba (1957) Elia Kazan, el controvertido gran director que abandonó el comunismo en 1941 porque le dolía su sectarismo, su secretismo y le asqueaba su falta de lealtad cuando les convenía, filmó “Un rostro en la muchedumbre”, un film antológico que planteó el peligro de que algún hombre simple, sin mucha inteligencia, pase a ser astro en la tele (o presidente) e influya en un pueblo inculto.

Hay muchos que son peligrosos, pues llegan al poder por su encanto al ser músicos, actores o deportistas, con capacidad intelectual muy limitada. Y los problemas de gobernar son complejos. Salvo que los deleguen en los que saben entregar el país. ¿Quiénes? La Derecha, que los coloca allí como títeres. Les pasó a Menem, Duhalde y Palito.

 Empujado por el periodismo, el pueblo confía en ellos porque tienen dinero y éxito. Los envidia. Ese film de 1957 predijo lo que ocurriría en el mundo: “Todos los que saltan cuando alguien toca el silbato”, dice el héroe. “Soy su dueño. Sólo que son estúpidos y yo debo pensar por ellos”. Cuando los que creyó estúpidos pensaron por sí mismos, en la primera vuelta de 2019 Macri perdió por goleada. En venganza, dejó correr el valor del dólar, el pueblo sufrió al aumentar todo y perdimos 23.000 millones de dólares de reservas en 60 días, antes de entregar el poder. Lo defino ultrajar al pueblo. Le pidió ayuda a AF, que aceptó. Ahora lo quiere echar. Tipo leal. Piense cien veces antes de ir a votar.

Recuerde que Chateaubriand dijo en siglo XIX: “El Estado descansa sobre la conformidad de los pobres”. No se conforme. Reaccione.

El periodismo es oficio plagado de ambiciosos, escritores fracasados y oportunistas que, para subir en su carrera, bajan línea de las opiniones del diario. Se publicó que cobran salarios millonarios por mentir. Igual, en la tele. La gente cree lo que lee o ve. El diario “La Nación” publicó 30 años, cartas de lectores procesistas: militares, abogados, parientes que para justificar a la dictadura atacaban al que opinaba en contra. Está volviendo a ocurrir, porque los jóvenes saben poco de esa época. Cuidado: candidatos en esta elección reivindican asesinar a la gente.

En Alemania, si alguien elogiaba a los nazis, habrían cerrado el diario. Una ley castiga al que alabe al nazismo. Aquí su partido va a elección.

Tampoco se comprende cómo puede gastar dinero en otros diarios: le toman el pelo a la gente: “Mentime que me gusta”, tituló un libro Víctor Hugo Morales. Es lo que mejor saben hacer. Bonelli elogió en 2001 a Cavallo meses antes de la crisis, dijo que sería un gran año. Siguieron crisis, cacerolas, muertes, helicóptero, y 5 presidentes en una semana.

Estos locutores son tan iletrados, que si sacaran el culo de allí no los tomarían en otro lugar. Sirven para oír la cucaracha y cecear la noticia. Sumando a todos sus “periodistas”, ni uno muestra un lenguaje propio.

Definieron el golpe de Estado contra Evo Morales “reemplazo” por una “presidenta de facto” (asesinó a 38 personas, será juzgada) y la prisión de Lula “justa” hasta que el culpable confesó y lo liberaron. Tras elegir a Bolsonaro asistido por Trump, se fueron de la Unasur para unirse al cipayo grupo de Lima. Al que ama la soberanía, le gritan Argenzuela.

El previo ejemplo de falsedad de los medios fue la vida del asesinado presidente John Kennedy, de quien la mayoría de la gente ignora que llamaba prostitutas a la misma Casa Blanca, se colocaba una máscara y sostenía con ellas orgías privadas: era el único hombre. No se supo, pues el periodismo lo protegió. Más aún, lo endiosaba. Vivo y después muerto. Venden su imagen de reivindicador de los negros, pero con su asesinado hermano Robert, se reían de ellos. Se descubrió cuando un premio Pulitzer, Seymour Hersch, visitó a 3.000 testigos de la época. Y publicó “El lado oscuro de JFK”, donde revela todas sus hipocresías.

Para no hablar aquí de la derecha. Sus actos los cubren los celulares, que con Facebook o Twitter reúnen gente en un Obelisco poblado de feroz odio: “Juicio a Cristina por insania” o “Quieren envenenarnos con la vacuna comunista” (el comunismo cesó en 1991); “Fuera la yegua”; “Muerte a negros de mierda”, etc. Antes de que analice que quizás se equivoca, le tiran otra fake news. Y lo ciegan con nuevas operaciones.

En primer lugar, el periodismo es un NEGOCIO. Por lo tanto, se refiere a intereses económicos. Eso es lo que le importa. Siempre ha sido así.

Toda empresa Vende algo. Lo distinto es que el periodismo no vende un producto tangible. Usted lee el diario de hoy y mañana ya no sirve. Intenta venderle ideas. ¿Cuáles? Las intangibles: dignidad, honradez, verdad, no corrupción. El medio es lo opuesto a eso. Como no puede decirlo y defiende a los más corruptos, busca adjudicarlo a los demás. A políticos que no lo favorecen. O a empresas que no le ponen avisos.

Se lucha no por la gloria, sino por el dinero. Si la empresa tiene éxito y compra nuevos medios (cable, líneas telefónicas) desea ganar más. Y enfrenta a competidores, procura controlar el mercado. Para siempre.

A menudo, si tiene que sobornar a otros periodistas, policías o jueces, lo realiza. No hay límites en su afán de ganancias. Por supuesto, no lo hace al azar. Posee agencias, que le analizan ciertas pautas a cumplir. ¿Cuáles? Cómo avanzar fingiendo hacer una cosa mientras hace otra.

Para la derecha, gobiernos Nacionales y Populares son corruptos. No el medio que procuró sin éxito comprarlos. Recuerde: una tapa que lo difama no se olvida. En la gráfica o la tele pueden destruir su carrera y su vida. De allí el terror de los políticos. Vistan o no ropa sucia, temen.

¿Cómo licúa un medio las responsabilidades u errores de políticos y socios en sus negocios? Los hace invisibles. ¿Quién conocía a Pepín Rodríguez Simón? Con la Mesa Judicial dicen que armó operaciones para su patrón. Luego huyó. Lo opuesto a EE.UU: el medio anuncia en editorial a su favorito. Aquí no hace falta. Con una tapa lo sabemos.

Así como la Argentina es la pionera, en cuanto a la discusión sobre la tarea del FMI y del Banco Mundial en la destrucción de las economías, (cuando habló CFK en la ONU y la avalaron sin resultado 144 países) es fácil vaticinar que se validará en otros sitios el enfrentamiento entre este Gobierno y el autotitulado periodismo “Republicano”, una simple Propaganda de Guerra. Ese periodismo es un Partido Político más. Y no informa nada; su nuevo rol es ser la vanguardia del Neoliberalismo.

Los periodistas que no repreguntan de los medios hegemónicos, son como los obedientes al productor de cine S. Goldwyn en el Hollywood de oro. La gente le temía y a la vez, lo sabía un ignorante. Con poder. Por eso, él decía impune: “Cuando quiera su opinión, se la voy a dar".

A nadie escapa que ese nuevo gobierno de derecha decidió en los 90 primeros días de 2016 medidas esenciales, tomó de las solapas a los planes kirchneristas para destrozarlos, aplicó el manual del propietario. Es lo que hicieron Reagan y Menem, ganando una ventaja estratégica.

Los diputados del falso peronismo, iban a la tele y decían que al nuevo gobierno (que mentía) había que darle un período de gracia de 2 años. El gobierno juró que el país no creció en 4 años. Ficticio. ¿El PBI a fin de 2015? Creció en 2012, 1,9 %. En 2013, 2,4 %. En 2014, 0, 5 % por aquella devaluación que le hicieron los bancos a Kicilllof. Y en 2015, según el Indec de ese gobierno, el 2,7 % Total: 7.5 % en 4 años. ¿Lo leyó o escuchó? Fabulan, juran que en 2015 había un déficit de 7,5 %.

Los desespera hallar algo original para Diputados que intelectualmente no podrían seguir un debate de ideas. Ni en la Cámara ni en una tele. ¿Cómo podrían?: La Celac dijo que este año el PBI crecerá el 7, 5 %.

La derecha usa las redes y copia eslóganes de EE.UU. que en 4 años nos llevaron a la ruina. Piense en el crédito a 100 años: no al 3,25 % como toma Europa. Firmaron la piratería del 8,25 % de interés anual. Peor que el tratado con la Baring Bhothers que tomó Rivadavia a 100 años y no se pudo pagar en 1920, sino en 1950. Lo pagó Perón. Sume 120 mil millones con los privados y los 57 (luego 45) del F.M. I. Suerte que Guzmán logró bajarles 44 mil millones de dólares a bonistas. Sume 3 mil millones de deuda de la gobernadora Vidal en Pcia Bs. As.

Ella dijo que se separó, le quedó medio departamento y medio auto. Y de pronto, según Esmeralda Mitre de La Nación, compró en Recoleta, lugar más caro de Buenos Aires, un depto. de 600 mil dólares. ¡Maga!  Más Kicilloff. Arregló con el 98 % de bonistas y sus dólares. Un genio.

Luego Vidal asombró a todos diciendo que la gente como ella puede fumar un porro en Palermo, pero la de ciertos barrios pobres, no. Se me ocurre una idea. Debería, cuando sea diputada, presentar un proyecto para hacer un muro, como en México o Israel, que divida la ciudad entre los barrios que para ella son bellos, y los de los pobres.

¿Por qué a la oposición la espiaba su líder y siguen unidos a él? Sabe mucho de cada uno. La relación entre funcionario y líder se hace difícil  como la de Menem y Cavallo, uno que opina según exige el Norte. El autor J. Swift, definió al consejero del conde de Oxford igual a Cavallo: “Si permitimos a estos ministros jactarse demasiado, no habrá quien los gobierne”. En el dúo Menem-Cavallo, no se sabía quién mandaba.

Es que las ideas son poderosas. Con ellas las masas son conducidas e inmovilizadas. Hay que evitar que lo repitan. ¿El pueblo? Despertar.

Los líderes dependen de expertos que difaman adrede. Lo confesaba Roger Stone, el asesor de Trump. Luego, del periodismo hegemónico, que amenaza con develar secretos, pues la CIA y Servicios antes los espiaban a todos. Lo copió el gobierno previo con éxito. El actual, no.

Con el celular, es fácil espiar. Se sabe quién traiciona y quién no. Y se descarta a pocos. Siempre las mafias son afines a la Derecha; en Italia votan a la Democracia Cristiana o a los partidos de ultraderecha, como el de Berlusconi y hoy Vox. En política, los expertos establecen metas económicas, trazan planes y evalúan las encuestas y los sentimientos públicos que manipulan con los medios. Planean cómo mentir a todos.

Es que el periodismo está repleto de “villanos ambiciosos”, como ese que encarnó Kirk Douglas en un extraordinario film, “Cadenas de roca” (1951, de Billy Wilder), donde a un obrero enterrado en una mina lo engaña y evita que lo rescaten, para que esa noticia sea propagada a todo el país y él vuelva a ser famoso. Lo logra. Así, el minero muere.

No hay conciencia. Recuerde a los mineros que debió rescatar Piñera en Chile, a quienes luego les retaceaban pagar un débil seguro. O a su mujer diciendo a una amiga: “Dejaremos un tiempo los privilegios” para calmar a ese pueblo que, tras medio siglo, hace poco reaccionó.

Aplauden una economía basada en el abuso de una clase sobre otras. Con la anuencia de los sometidos, los periodistas y candidatos saben rentabilizar, astutos, sus relaciones con los medios hegemónicos, la tele y esa Embajada a la que van cada 4 de julio. Demuestran que su ideología (si la tuvo o aún tiene) vale menos que la ambición de poder.  

Nadie se queja cuando esos canales retienen un público rehén, poco crítico y complaciente, de escaso cociente intelectual y no habituado a la lectura y el análisis de cifras del pasado o el presente. Aunque haya estudiado en una Facultad. Su biblioteca es manejar el control remoto.

El público escucha al Ministerio de Propaganda (canales) de esta sutil oposición al trasmitir su “información” y no sabe distinguir entre lo real y lo que desea. Por odio. Toda ficción contra el gobierno es para esta gente veraz. Cuanto digan sobre la oposición, le resbala. No analiza. Y ni ve que mandan los mismos de antes, domina el Poder Judicial. Pero Montaigne en el siglo XVI (el primero que lo planteó) dijo que el Poder Ejecutivo dirigiría, el Legislativo: voz del pueblo, y el Judicial, el menor.

El pueblo ignora que si la oposición logra más diputados, la prometida  Reforma Judicial no se hará. Y todo seguirá subiendo de precio. A los jóvenes los suponen tatuados que se forman navegando Internet, así se entretienen y son aptos para venderles cosas y sacarles el dinero.

 A la clase media siempre el odio le corroe el alma. A los jubilados, su antiperonismo histórico los convenció. Olvidaron el tarifazo: 3.800 % más de gas y 1,900 más de luz. Abonaron por 4 años, 39 veces más caros el gas y la luz que en 2015. ¿Desean abonar este robo?

La “tormenta de ideas” en un diario por la mañana, que se lee en libros sobre el caso Watergate (“Todos los hombres del presidente” y “Los días finales”), refleja un trato de discusiones y abierto que ahora se ha perdido. Hay que obedecer. Le cambian su texto y calla o lo despiden. Es tan adocenado el material de varios diarios anti gobierno que, con sólo leer sus tapas, uno intuye que charlaron entre sí para decidirlas.

Los diarios: más chicos, menos páginas. El cable reemplaza su tarea.  La cultura democratizadora del conocimiento que prometía Internet, pone al alcance diversas opciones–celular, Tablet, redes, etc- útiles para la difusión del conocimiento a millones. Pero no ha sucedido así. Es sólo un medio de entretenimiento banal. Que maneja las mentes. La seducción de esas imágenes reemplaza al viejo hábito de pensar.

Saben que los ratings bajaron en las últimas décadas. Por eso lanzan campañas de avisos brevísimos y eslóganes. Jugar con los temores del lector o el televidente (más seguridad en lugar de hospitales) dio votos. Pero en Pandemia las prepagas cobran caro, piden aparatos en comodato al Estado, y a sus pacientes los envían…¡a los hospitales!

Las opiniones políticas antes estaban más dispersadas. A causa del dominio de los medios y la no aplicación integral de la Ley de Medios, hoy se dividen en sólo dos proyectos. Muy opuestos. En casi todos los canales, reiterar 100 veces una mentira goebeliana hace que la gente aprecie los contenidos que condicen con sus opiniones políticas. Si le disgusta lo que lee o escucha, cambia de diario, de canal, o de amigo.

A veces se llevan sorpresas. Subestiman a la gente, que no es toda estúpida. Al caer Perón en 1955, tardamos 32 años en tener divorcio, que ya existía en Uruguay. E igual con el aborto, pues éste no es un país ético. Ahora con la marihuana: Uruguay la aprobó, comedias de EE.UU. la exhiben en la clase media. Aquí todavía es un delito penal.

¿Y la Patria Grande que en 2005 América había logrado en Celac? Se evaporó. ¿Volverá? Seis países unidos contra el dominio de un Norte que se sabe dueño del mundo y se ama sólo a sí mismo. Dijo burlón Oscar Wilde: “El amor a uno mismo es el principio de un largo romance”. Se ve. En periodistas y políticos de derecha, nunca acaba.

Los jóvenes tienden a la percepción lógica, cada vez es menos fácil engañarlos. Lo que le dicen debe tener verosimilitud, por eso no han ido al Obelisco con los antivacunas. No se ataron a las historias que carecen de certezas. Sobre todo, cuando apreciaron que este feroz antikirchnerismo crece, mientras algunas medidas de este gobierno apoyan y mejoran la salud de las mayorías. Sigan abriendo los ojos.

“Trata de conseguir lo que te gusta, o estarás obligado a aceptar lo que te dan”, dijo Bernard Shaw. O sea, luchar por lo que queremos. Si tienen 16 años y votan por primera vez, lean, no crean a las redes.

A un gobierno le conviene memorar que no respetar las predicciones de Casandra, trajo a los troyanos la destrucción, y a su rey Agamenón la muerte. No hay pociones mágicas que cedan el poder por siempre.

Creían poseerlo Menem y Macri, fingiendo. Olvidaron una cita de Yago en el “Otelo” de Shakespeare. Predice cuidarse: “Debemos ser lo que aparentamos, y si no lo somos, nada debemos ser”. Así les ocurrió. Y le ocurrirá mañana a quien, por ambición, aparente ser lo que no es.