Un profeta del miedo (juez Griesa) le cedió su toga a Paul Singer para bloquear el pago a los bonistas del canje, por lo cual su juzgado y ese banco que retiene fondos son los responsables de incumplir contratos. Para beneficiar a Singer. Sospechamos que su insípida determinación no es algo usual. El paso siguiente debería ser que los bonistas hagan juicio al banco y pidan apartar a este juez (aquí ocurre) por parcialidad. Su ególatra actitud, denigratoria de la soberanía argentina, proseguirá. Dentro del país, inquietan las tesis usurarias de la ofensiva mediática.

¿Ésta es la lucha de Singer, el hombre que maneja cientos de millones de dólares por día, o detrás de él hay un plan sistemático entre el FMI, las calificadoras y las corporaciones, unidos para devorarse a un país? “Vuelven cuando la Argentina estaba saliendo del endeudamiento” dijo desconfiada la Presidenta. Reclamó: “abrir los ojos y ejercer una patria con derechos ante los que intentan regresar al pasado”. Nos hostigan. Quizás, tras el fracaso de sus golpes “blandos”, buscan uno financiero.

Esa conjetura no es errónea. Su huracanado énfasis empapelando los diarios con solicitadas apocalípticas (como un “grotesco” discepoliano) memora los remilgos locales de la tilingueada derecha. La inquietud de Singer es misérrima: denostar las conquistas del gobierno al tildarlo de vicioso populismo. Lo cual le honra. Nada trasueña que los opositores puedan atravesar la zanja irrecuperable que existe entre sus políticas y lo nacional y popular. Confesamos con presteza: es ilógico presumir un cambio de mentalidad en los enemigos de la patria, en los cipayos.

Su impía inutilidad, esa descansada habilidad para ubicarse al lado de los afines a los fondos buitre (incluso en el Poder Judicial), a fuerza de redundancias, hoy no asombra. Desertan de la dignidad nacional para esconderse tras las faldas del poderoso. Desoladamente, ya no son de aquí. Parecen extranjeros. Analicemos la primera de estas erratas. En su atropellado lenguaje, ahíto de perogrulladas e incongruencias hacia el Estado, reúnen simplezas. Después, denigran su ser al apoyar a los buitres. Y se jactan de hacerlo. Su lenguaje político no es un método para la concordia (como finge sutil la derecha) sino para la discordia.

Pero en una semana difícil hubo noticias gratificantes: un 72 % de los argentinos aprueba cómo el Gobierno enfrenta la brutal sangría de los buitres. La troika del país, distinta a la europea (compuesta por el FMI, el Banco Mundial -dos oficinas de EE.UU- y el Banco Central Europeo) la integran medios hegemónicos, los terratenientes y los empresarios. Afuera el país no está “aislado”, como dicen aquí. Lo aplauden porque saben que en el corazón del buitre sobra espacio, cabe mucha basura.

Sobran los agoreros que pontifican. Los Kirchner no retomaron la ruta (como indican ciertos medios corporativos) del default festivo del fugaz presidente Rodríguez Saá. Creciendo, el país ya pagó 190 mil millones de dólares. ¡Cuántas obras podrían haberse hecho con esa suma si no lo endeudaban Menem, Cavallo, De la Rúa! Éstos autorizaron el Ciadi, esa jurisdicción extranjera de los bonos que hoy permite a Griesa esta danza macabra, poner en jaque la soberanía conseguida en diez años.

La política y la economía mundial avanzan como pueden, en ciclos o a los tumbos. Lo más inteligente es no hacer pronósticos (como los que se escuchan o leen sobre la catástrofe que traerá el “default”) porque terminan “en el canasto de la historia”, sugería Trotsky. Una sociedad privada (ISDA) que regula los contratos financieros aprobó tras graves dudas que el 21 de agosto subastará bonos para decidir la diferencia.

A pagar por seguros de ese titulado “default” de Argentina. Supusimos  que la negociación “pronosticada” entre bancos privados y buitres, era sólo una pantalla. No resultaba lógico que el Citibank y el J. P. Morgan quisieran comprar esa deuda pues votaron en ISDA (como Singer) que existe un “default”, lo cual disparó los seguros. ¿Qué ganancia podrían lograr? Ni Singer, a quien le conviene más cobrar ahora esos seguros.

La OEA se declaró a favor de Argentina, pero con la abstención de los EE.UU. Ese gesto fue una orden, y su Poder Judicial (Corte Suprema) miró para otro lado, porque EE.UU no tolera desafíos a su hegemonía económica. Escribimos que detrás del conflicto con los buitre están los lobistas del Tea Party y EE.UU, no un mediocre juez municipal que en sus 44 años de carrera no ascendió siquiera a juez de alguna Cámara.

Otra falacia: que EE. UU o el FMI acudieran como amigos curiae. No hay certeza. El FMI procura evitar que otros imiten el no reendeudarse de Argentina. Y Obama demostró con la abstención su vocación de no malquistarse con los republicanos: negocia más de lo que reconocería.

Condena o absuelve la OEA, a quien EE.UU le propone. En una última votación algunos criticaron a Cuba por orden del jefe Obama. Por algo hace 50 años Fidel Castro la llamó “Ministerio de Colonias de EE. UU”.

Obama se hace el inocente: “yo no fui”. Su táctica en el Medio Oriente: dice que los palestinos “tienen derecho a un trozo de tierra” pero arma a Israel. El fallo Griesa que avala su Corte es la represalia a este país no desarrollado que creció en forma heterodoxa. Nadie aclara por qué sería lícito 1600 % de interés en 6 años. Expoliar fue una estrategia de los ricos en la última década, con la burbuja financiera en EE.UU. y la UE que en otras notas develamos. Así funciona la globalización. Vibra  un deseo de hundir al gobierno que más levantó a la clase media en la región desde 2003, al que brinda la mayor cobertura a jubilados, niños y desocupados del continente, y al que consiguió el mayor índice Gini.

El Nobel J. Stiglitz acusó directo: “Hemos tenido muchas bombas en el mundo y ésta es una que EE.UU le está tirando al sistema económico global”. Por ello el memorándum del estudio  jurídico que representa a la Argentina, dijo de modo confidencial que al darle poder a los buitres para “interrumpir el pago al resto”, anulan acuerdos previos y “se está obligando a la Argentina a caer en default”. En las giras mediáticas los lobistas piden pagar ya: olvidan que se incumpliría la legislación local.

La reestructuración de la deuda pública es una prerrogativa soberana. Nada en este litigio permite sentenciar a la Argentina: cumplió con sus obligaciones. El término “default” (en inglés) lo utilizan muchos lobistas locales de las multinacionales (se dicen periodistas) pero es erróneo y no tiene asidero legal. Ellos lo saben. Y los bonistas también, pues el país los alertó en el contrato sobre posibles embargos de los holdouts.

Aquí tiernamente les decimos buitres. Nadie desconoce que nunca un mediador o una calificadora declararon a un país en default. Lo decide el país. Argentina no lo hizo y, por el contrario, pagó. Singer lo padece. Quiere forzar la voluntad de otro Estado, y no ejerce buena fe al litigar; pues no respeta inmunidades de jurisdicción y ejecución de los fondos.

Si otras generaciones creyeron que un mundo mejor era factible, ¿no puede haber otro juez posible? Sí, el presidente George Bush le anuló a su amigo Singer los derechos en el Congo, cuando fue esencial para el Dto. de Estado. Algo aquí no cierra. ¿Por qué Obama no lo hace en este caso, siendo Singer opositor y republicano? Un periodista de “The Guardian” (diario inglés) apunta que le tiene miedo. Motivo ingenuo. Lo real es que Obama es subsidiario de los poderosos que lo dominan: el Pentágono y los ocho asesores económicos republicanos que nombró.

Otra prueba. Dice el periodista de The Guardian: "Desde su atraco a la Argentina, Singer abrió su millonaria cuenta”. Advirtió que es el mayor donante al Partido Republicano en Nueva York. Y el feliz fundador de Restore Our Future (“Restablecer nuestro futuro”), club de millonarios que genera las donaciones de otros republicanos ricos para fondos de campañas políticas sucias. Además, Singer dio un millón de dólares a la Operación Kart Rove´s Crossroads, la “máquina de ataque político".

Un medio local vocero de Singer, reprodujo su perfil en cierta revista, Bussinessweek, donde entre otros conflictivos hallazgos se descubre que para el magnate con 25 mil millones de dólares “el consenso” tan elogiado por la derecha argentina “es cómodo pero falso”. Aló, Unen.

Al poder le gusta encubrirse. Y a Singer le disgusta la vidriera pública; es habitual que la avaricia se propague como el moho: en lo oculto. La desaprobación mundial a su accionar y tanto apoyo a la Argentina los titula: “resentimiento”. Oh, pobre víctima de un mundo resentido. Nada “es moralmente superior a ganar dinero”. Bravo. Y “la retórica sobre la desigualdad de ingresos es cada vez más demagógica”. Se opone a la lucha contra el desempleo, y este mundo va hacia la pobreza masiva por “exceso de regulación”. Ah. Parece un economista argentino en la tele. Los sin empleo de Occupy Wall Street son “hippies envejecidos, anticapitalistas y antisemitas”. ¿Por qué? Él es judío y apoya a Israel. Que el antisemitismo siga en todas partes no avala tal descalificación.

El lenguaje de letrados es imprescindible para subordinar al país a los dominadores extranjeros. Otros intentamos eludir la confusión que por especulación política, un influyente grupo de medios y periodistas que lideran los ratings -unidos a líderes financieros, abogados y asesores económicos- buscan instalar en la sociedad a cambio de parte de los 500 millones de dólares que dan lobistas republicanos a los políticos.

En cuanto a la negativa de EE.UU a aceptar la intervención de la Corte de La Haya, evidencia que ese país bloquea la resolución pacífica del conflicto. Rechaza a la Justicia Internacional, salvo cuando la domina: la ONU y la OEA. Su jurisdicción no es ilimitada. Se excede y pretende legislar en un país extranjero. Como Griesa al rechazar declaraciones de la Presidenta y amenazar con declarar un desacato. ¿A quién, juez obediente? La Argentina no le pertenece. Usted probó que el prejuicio y el dislate de los republicanos sobre América Latina rozan el absurdo.

¿Por qué los fondos NML y Aurelius esperaron seis años y no admiten aguardar cinco meses más para negociar? “No quieren que se pague sino quedarse con tu casa”, dijo Cristina. Vaca Muerta es la meta. Hoy amenazan. Y buscan el desempleo (la quiebra de Donnelley, empresa local de Singer) pues la precarización es un veloz disciplinador social. Sin duda, el propósito de los buitres al alterar el orden económico es la desestabilización política, creando terror en la población. Otro golpe de Estado económico: “endeudar al país y darle papelitos a cambio de los recursos naturales” dijo la Presidenta con su valentía intacta. Pero esa mala prensa y la mala fe de Obama pueden evitar la inversión externa.

Es materia opinable por qué EE.UU decidió el golpe económico contra la Argentina. Creemos que amparado en el FMI y el Banco Mundial va a cambiar las reglas jurídicas en futuras reestructuraciones de deudas soberanas. Aún les duele lo que Néstor Kirchner hizo: unilateralmente impuso una quita grande o no cobraban. Castigarlo estuvo siempre en su mente, por exigencia de los acreedores más intransigentes y de los buitres. Los prestatarios solventes temen que si no sancionan algunos incumplimientos, los acreedores procurarán mayores intereses. El FMI no tolera que un país lo deje de lado; admite que financiaciones como el Megacanje y el Blindaje las hizo para evitar pérdidas a los bancos.

Se vio con el “corralito”. Por la reciente crisis, cada vez mayor en zona euro, proyectan denegar fondos a los países cuyas deudas tengan alta chance de derrumbarse. Por eso en Europa fue el BCE quien colocó la mayor parte del dinero. Si está al caer un PIGS (Portugal, Italia, Grecia o España) antes “reconfigurará su deuda” (nuevos bonos e intereses), lo cual hará que los buitres compren barata la deuda previa. Suponían que Argentina no cumpliría. ¿Cómo evitar que su ejemplo se extienda? Lo ideal para ellos es hacerla caer: que sea la primera “reconfigurada”.

Rige quizá la impunidad del verde dinero buitre. Dichosa, la oligarquía agraria del país aguarda que la minicrisis convalide un gobierno afín a ella; lo mismo declararon los buitres. ¿El precio social? No les importa. A la clase media tampoco. Pero debería intuir lo que vendrá en 2016 si EE.UU elude un arreglo: baja de reservas, reendeudamiento, ajuste de salarios, pérdida de empleos, cierre de miles de negocios, subida de la luz, gas, transportes y baja del consumo. La deuda pública impagable, iría de 198 a 335 mil millones. Olvidar lo logrado en la década ganada, pues gran parte del presupuesto debería destinarse a pagar intereses. ¿Qué implicaría? Reducción del dinero a las provincias, recorte de la movilidad jubilatoria, eliminar la AUH, el Progresar, luego el ProCreAr.

¿Por qué? Según un joven diputado de IU en España, A. Garzón, allá las decisiones las dicta la Troika. Aquí, antes el FMI. Quizás mañana. Sin la “independencia económica” soñada por Perón y los Kirchner. Si el país se reendeudara de esa manera gigantesca, querrían cobrarse una parte con Vaca Muerta, la segunda reserva mundial en shale oil y gas no convencional. Se frenaría la sustitución de importaciones. Algo que los medios callan: la nacionalización (51 % de YPF) bajó el déficit en materia energética de 12 mil millones en 2009 a 6.500 en 2013. Un éxito que se detendría, pues no habría crédito barato para la petrolera.

Lo que exigiría el empresariado para “reactivar” aún más la economía (sus ganancias): con excusas, eliminar las retenciones agrarias, bajar las cargas sociales a la contratación de jóvenes y subir los impuestos indirectos: los que paga el pueblo sin dudar, como el IVA, que Cavallo llevó del 13 al 19 % y luego aumentó al  21 % “por un tiempo”. Porque  ellos lo evaden. Otra exigencia: reducir el impuesto a las ganancias de las sociedades. Quizás intentarían la reprivatización de YPF o volver al sistema previsional privado, las AFJP. Sus lobistas lo buscarían, pues se ocultan bajo el imperio del silencio y del ventajero, sibilino secreteo.

Por supuesto, la ortodoxia financiera lo disfrazaría como un “salvataje” técnico. Recordemos que hace 13 años, el Megacanje y el Blindaje no se promovieron como lo que eran (aumento de la deuda externa) sino como “ahorro público”, “metas fiscales” y “racionalización del gasto”. Si bien escasa gente se enteró, el blindaje del FMI exigió previamente: 1) Elevar la edad jubilatoria de la mujer y eliminar la Prestación Básica, lo cual llevó a que la ministra de Trabajo (hoy diputada opositora) Patricia Bulrich, en julio de 2001 bajara un 13 % a las jubilaciones. Durante su gestión, el desempleo creció del 15 % al 25 %. 2) Achicar los empleos y bajar también 13 % a estatales. 3) Reducir el gasto público, solución antikeynesiana que pregonan lobistas y gurúes. Según uno, J. Espert, en el país “nadie defiende al sector privado”. Y sucede al revés. Paga menos impuestos. Hay que volver al aporte patronal para el trabajador.

Las Naciones Unidas (ONU) dijeron este viernes que los “fondos buitre violan el derecho de los pueblos al desarrollo, así como los derechos económicos y sociales de los ciudadanos de los países afectados". La paradoja de la incerteza presente, amargada por la corrosiva espera a la que obliga este juez, es un desgarro infinito que confiamos cesará.

Excepto los incultos que hablan de “consenso”, cualquiera sabe desde Maquiavelo y el relativismo moral de “El príncipe” (del cual en 2013 se cumplieron quinientos años) que la política es un frío campo de batalla para lograr el poder y conservarlo. Fue este filósofo político quien dijo que el poder utiliza ciertas herramientas para mantener la hegemonía ideológica de un grupo contra otro, generoso con lo ajeno y mezquino con lo propio. No son sólo los buitres. Sigue esa ruta el empresariado.

Si bien parece absurdo, la derecha argentina ganó la última elección sin proponer ninguna alternativa, salvo sonrisas televisivas, discursos vacuos, mensajes atroces del riesgo de la inseguridad y de la inflación.

Tampoco lo hace ahora. Da vergüenza ajena oírla minimizar la temible cláusula Rufo o pretender pagar a toda costa a los buitres, un latiguillo de varios. Sabe bien qué le traería al pueblo: la pobreza. Y le da igual. Sus hijos y nietos no tendrán problemas. Los nuestros, sí. La gente no debe dejar que la derecha avance (como ocurrió al votar a Menem) sin antes explicarle a la población qué haría (tema por tema) si gobernara.

Los medios corporativos no le preguntan. Por tanto, hay que desafiar a la oposición: “queremos preguntar”. ¿Cuál es su pensamiento? Que se vea, públicamente, que el rey está desnudo. Sin ideas o programas, ni seriedad. Aunque varíen los nombres esos candidatos son sólo títeres.

Todo nace del FMI, es quien manda: a España le exige elevar la edad y bajar el monto de las jubilaciones, y los gastos en salud y educación.

En el film “Bienvenido a New York” (2014, de Abel Ferrara) basado en el caso del lujurioso Strauss-Kahn, ex director del FMI adicto al sexo y candidato “socialista” a la presidencia de Francia (acusado de violar a una camarera negra en una fugaz visita a New York) hay escenas de sexo casi explícito del ya grueso actor Gerard Depardieu con hetairas, donde “la palabra pudor no tiene significado alguno”, como escribió el genial Rubén Darío. La mejor frase del film es cuando la trepadora hija de un amigo le solicita en el acto sexual entrar al FMI. Sonríe él burlón: “Quieres estar con los mayores asesinos”. ¿Alguien los definió mejor?

Advierta el pueblo que debe estar preparado para luchar si opta por no renunciar a un esperanzado porvenir. La juventud será su vanguardia ya que, como sugirió el Maquiavelo que respetamos, posee audacia.