Somos pasionales en casi todo. Sentimos pasión por una camiseta, por la familia, por los amigos, por los asados, el mate, por miles de cosas que hacen a nuestra idiosincrasia. No es que los habitantes de otros países no lo sean, pero cuando se tiene la posibilidad de salir del territorio 'argento', uno de los elogios más comunes es: ''Ustedes son apasionados''. Y también nos dicen ''fanfarrones'', ''agrandados'' y ''creídos''. En estos últimos casos, cada cual sabrá si le queda el calificativo negativo.

Esto de la pasión, lo vemos en cada competencia donde una casaca celeste y blanca compite. Las tribunas podrán contar con muchos o pocos hinchas argentinos pero que siempre se van a hacer escuchar, y muy fuerte, para alentar a nuestros atletas. Sucede en básquet, fútbol, con Las 'Leonas' y 'Leones'. En este último mes, por la selección de futsal que acaba de salir campeón en el Mundial de Colombia. Y esto trae a colación otra particularidad: somos exitistas. Si ganas, te vamos a buscar al aeropuerto. Si perder van tus viejos.

Ya lo dijo el boxeador, Sergio 'Maravilla' Martínez en un programa de TV: ''Cuando gané, tenía cientos de mensajes en el celular y cuando perdí, tenía cuatro y tres eran de mi mamá''. ¿Qué vamos hacer? somos como somos y nos hacemos cargo. Igualmente, no creo que en otros lugares del mundo, cuando uno de los suyos pierde, vaya el pueblo a recibirlo.

Y si de pasión hablamos no podemos dejar de nombrar el debate. Digo, el debate en todos los ámbitos de la vida social. Discutimos si fue penal o no con una vehemencia como si se tratara de algo que nos va a cambiar la vida. Y si tenés tiempo, charla con un pescador fanático. Es capaz de contarte con lujos de detalles y lagrimas en los ojos ese mismo momento cuando sacó un pequeño bagre en la costanera porteña.

¿Qué decir de los debates políticos en el seno de la familia y grupos de amigos?. Las primeras batallas discursivas sobre temas políticos, las presencié en las mesas familiares donde radicales y peronistas se 'tiraban' con todo hasta que llegaban las pastas y el silencio reinaba. Fui entrando en años y observe que eso se iba perdiendo y las 'comilonas' ya no eran lo mismo. El silencio nunca es bueno.

Por suerte, desde hace varios años, esa hermosa tradición se recuperó. Volvieron los debates acalorados y enérgicos. En pocas palabras, volvió la política a nuestras vidas, brindemos por eso. Sí, hay que celebrarlo porque un pueblo que no discute su rumbo y su ideal, está perdido. Eso es justamente lo que quiere hacer de nosotros la derecha argentina: despolitizarnos.

Es que al estar desentendidos de los temas de coyuntura, uno pierde de vista el mal que nos hacen los gobiernos neoliberales a todo el conjunto social y más a los trabajadores asalariados. Los que quieren dejar todo en ''manos del mercado'', simplemente nos están diciendo que los recursos de la Nación se traspasan de los humildes al sector más acomodado. Lo vimos los primeros meses del actual gobierno cuando retiró impuestos a las exportaciones agrícolas y ni hablar durante el menemismo. Esa plata es mucha y ya no se redistribuye, la disfrutan unos pocos.

Pero volvamos a las charlas entre amigos (no de militancia) donde surgen estos temas. ¿Es ahí donde se discute política?, la respuesta es NO. De un lado y del otro, lo único que se tira a la mesa son hechos de corrupción del gobierno anterior o del actual. Son cosas que se escuchan en los medios como el caso Lázaro Báez, José López o las empresas offshore del presidente y no se habla de medidas económicas y sociales que hacen a la vida de todos los ciudadanos. Cuando digo que no se discute política es porque esas cuestiones son mediáticas.

Ojo, cabe aclarar que cualquier hecho de corrupción debe ser condenado por la justicia (con pruebas, no denuncias mentirosas y operaciones de prensa). El tema es que por estos días sólo salen a la luz noticias de corrupción de funcionarios del pasado gobierno, cosa que altera a cualquiera, pero se usa para ensuciar el conjunto de políticas públicas que le dieron derechos a muchos y tapan medidas antipopulares que se toman desde la 'Rosada' hoy. De estas cosas se agarran las personas, en su gran mayoría, al debatir la actualidad del país. 

Y en ese efusivo intercambio de palabras, sucede que cuando interpelamos a un 'contrincante' con temas, que sí, nos cambian para bien o para mal, no avanza la conversación. Se achata en frases como: ''Que devuelvan la plata que se robaron'', ''Vos defendes a ladrones'' y bla bla bla... Pero hagamos el ejercicio de preguntarle a ese fulano o fulana, de qué plata habla y sólo nombrará los casos arriba mencionados y alguno más perdido por ahí. Se quedan con lo que escucharon en algún canal. Y creo que esto pasa porque se está desinformado, de un lado y del otro. Del K y del M.

Y como el debate no avanza en temas como la soberanía sobre las Islas Malvinas, el ajuste, la perdida de empleo, la transferencia de recursos de los pobres a los ricos, de la ''mano invisible que regula el mercado'', de los Derechos Humanos, de los represores condenados que vuelven a sus domicilios, de la vuelta del FMI al monitoreo de nuestra Patria y un largo etcétera, seguimos en el terreno de la corrupción.

Ok, hablemos de eso entonces. Aquí es donde sale a la superficie lo que llamo la 'doble moral' de los argentinos. Me ha pasado tener que defender mis ideas con argumentos y recibir del otro lado sólo frases hechas como las que nombré más arriba: ''Defendes chorros''. NO campeón, yo apoyo un modelo de país y de hacer política. Lo que hagan los funcionarios en particular, es otra cosa.  La corrupción, lamentablemente existió, existe y existirá. No importa que color tenga el gobierno de turno porque la sociedad es corrupta, nuestros políticos y funcionarios salen de la misma sociedad. No llegan desde otro planeta.

Que levante la mano el que no escuchó alguna vez a ciudadanos quejarse por los afanos de funcionarios públicos y acto seguido contar alguna 'avivadita' de si mismo. ''Me paró un policía y no tenía los documentos, le tire unos mangos y me dejo seguir'', ''Le puse plata al que atiende en mesa de entrada de la Municipalidad y me agilizó el tramite''. Y así podemos seguir con miles de ejemplos. Por este tipos de frases yo conteste, pero eso es corrupción y del otro lado se me rieron al grito de ''no es lo mismo''.

Pregunto: El día que ese que te atendió y le ''tiraste unos manguitos'' llegue a intendente o comisario o al escalafón de funcionario público que quieras y robe fortunas, ¿Con qué autoridad moral le vas a gritar chorro si vos fuiste uno de los que contribuyó en su corrupción minorista?.

Es tan coima cien pesos como lo son millones. Es tan corrupto el que paga como el que recibe la coima. Esto, que se entienda, no es a modo de defensa de los inescrupulosos, todo lo contrario. Lo repito: los corruptos deben ir todos presos, todos.

Y siguiendo con el tema, nunca falta el que se la pasa publicando en redes sociales y grupos de WhatsApp, noticias de la llamada ''corrupción K'' y no se reconoce como macrista aunque lo votó y jámas publica nada en contra del actual gobierno. A estos les pregunto qué opinan sobre temas como la plata que aún no pudo justificar la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, y por lo general no dicen nada o se hace los que no se enteraron. No se indignan con la posible corrupción del otro lado, les molesta sólo una, la K.

Los argentinos y argentinas somos pasionales, discutidores y, en una porción destacada, 'doble moralistas'. Miremos nuestro accionar, observémonos más y no señalemos tanto con el dedo porque a la corrupción la terminamos entre todos con el más mínimo detalle.  Como escuche alguna vez en una canción, ''la hipocresía es la que te humilla''.