Grecia es un país que realizó grandes progresos económicos, -sin tener en cuenta su inigualable historia-, una nación empobrecida luego de la segunda guerra mundial, en 2009 alcanzó un PBI per cápita de €21.000 articulado con el ingreso estándar de la eurozona de €27.000, y una esperanza de vida que equivalía a 80 años, justo con el promedio de los países de la eurozona.

Entre 2001 y 2008, la tasa de crecimiento del PBI griego promediaba el 4%, duplicando el 2% promedio de los países de la eurozona. La inflación en Grecia se situó en los niveles más bajos de los países de la eurozona- coincidiendo con el caso argentino, durante la convertibilidad-merced a  la  adopción  del  “euro”  como moneda que eliminó el  riesgo  de  volatilidad del tipo de cambio, por lo cual se produjo un importante ingreso de capitales que llevó a una reducción acelerada de las tasas de interés. Mientras que la deuda pública griega permanecía por encima del promedio de 70% del PBI correspondiente a los países de la eurozona, logró estabilizarse alrededor del 100% del PBI durante 2008, aun con tasas muy bajas. Desde entonces –crisis de Lehman Brothers-las perspectivas cambiaron, George Papaconstantinou (Ministro de Finanzas de Grecia) llegó a experimentar una gritería diaria de un grupo creciente de asistentes reunidos en la Plaza de la Constitución, cada vez que partía de su oficina, al finalizar la jornada. Papaconstantinou especulaba que las políticas que su gobierno había adoptado le permitirían evitar la restructuración de su deuda pública, la que algunos veíamos como improbable, aunque se pudiera dilatar por algún tiempo la amenaza de inminente default. Para noviembre de 2010, se determinó que el déficit en 2009 había alcanzado el 15,4% del PBI, un punto más que Alfonsín en 1989.

A medida que el déficit empeoraba, los impacientes mercados pedían tasas de interés más altas sobre la deuda pública griega. En determinado momento, las tasas de interés alcanzaron una cifra de alrededor de 2000 bp (basis points) = 20% anual. Posteriormente un préstamo de emergencia otorgado por la Unión Europea y el FMI permitió que Grecia se salvara de caer en default. A cambio de aquel (bail out) salvataje, el gobierno decretó un inflexible ajuste fiscal, que implicó la reducción de los salarios y pensiones de los empleados públicos, elevación de la edad de jubilación, recortes de los servicios y aumentos de impuestos. Desde entonces, el PBI griego nunca dejo de caer (ya acumula mas de 25% de caída), combinando un crecimiento de la relación deuda publica/PBI de alrededor de 160%, el desempleo es el 25% de la población activa trabajadora y hasta hoy, continúan los pedidos del Eurogrupo de “mas ajuste”.

Cuando el denominado Eurogrupo en un intento de intimidación le dio el ultimátum a Grecia, Atenas no flexibilizó su postura, no hubo acuerdo y las exigencias se sometieron a una consulta ciudadana. Mientras tanto el Banco Central Europeo (BCE),-al igual que el FMI en 2001 a la Argentina- le cerró el grifo de la liquidez de emergencia a los bancos griegos y Grecia terminó con corralito, control de cambios y feriado bancario y bursátil por seis días. Ahora que está el resultado del referéndum del domingo, aunque por si mismo no despejará el horizonte, porque la incertidumbre se mantendrá elevada mas allá que el triunfo del NO en el referéndum, este resultado hizo que el gobierno de Syriza quede fortalecido y no tenga que llamar a elecciones, como especulaba Ángela Merkel y sus amigos. En ese caso, si caía el gobierno de Alexis Tsipras (primer ministro de Grecia desde el 26 de enero de 2015), el nuevo gobierno que fuera electo, podría llegar a buscar otro arreglo. Esta claro que eso ya no sucederá. Por ahora no se sabe si habrá “Grexit” (termino acuñado por Paul Krugman-premio Nóbel a las ciencias económicas), pensando en una eventual salida de Grecia de la eurozona, y dragmatización de la economía. Aunque se niegue, existe la posibilidad que la troika haga lo posible para mantener a “los indisciplinados griegos” en el Euro, según corre la voz. El gobierno griego “por las dudas en su plan B” está estudiando la salida, tratando de financiarse por un tiempo, con cuasi-monedas como lo hizo la Argentina en 2001, manteniendo al euro como unidad de cuenta. La crisis de Grecia ha elevado fuertemente la incertidumbre, hay quienes temen un cimbronazo con impacto sistémico, como en la crisis del Banco Lehman Brothers, la crisis asiática o la crisis del Tequila.

Si bien la probabilidad de contagio está acotada al gran poder de fuego del BCE; la región, mientras siga la emergencia griega, se verá afectada por alguna volatilidad financiera. Grecia seguirá intrincada, ya que ha tomado un rumbo, tiene por delante un largo camino, enfrentando una alta incertidumbre post referéndum.

La buena noticia para nuestra región, es que gracias a esta nueva incertidumbre en Europa, mas la flojera de los indicadores estadounidenses, lo más probable es que la FED (Reserva Federal de los Estados Unidos) vuelva a postergar la suba de tasas.