La cooperación financiera China, ha funcionado para estabilizar las reservas, el tipo de cambio y la brecha con el “dólar blue”. Cuando en julio se negoció el swap con China por US$ 11.000 millones, el escepticismo de una buena parte del elenco estable de “pesimistas full time”, no daba 2 Yuanes, por su entrada en vigencia en el cuarto trimestre de 2014, con alrededor de 2.300 millones de dólares. La anécdota es que aquella especulación “a la baja de atesoramiento”, proyectaba un final (2014) con reservas internacionales brutas por debajo de los 25 mil millones de dólares, cuando en realidad, luego de tres años de caída consecutiva, al final terminaron creciendo.

Como dejaba entrever al principio, Den Xiaoping (1992) y Zhou Xiaochuan (2005),  pensaban que en algún momento, la globalización les facilitaría un trabajo con enfoque capitalista, en términos de inversión y financiamiento. Lo cierto es que ahora no solo hay swaps o líneas de crédito, también se aprobaron proyectos de inversión en infraestructura con financiamiento incorporado por el gobierno chino entre los que se encuentra 4.700 millones de dólares para la construcción de dos represas hidroeléctricas y contratos por 21.000 millones de dólares de obra pública.

China ha comenzado hace un tiempo, no solo a reemplazar al dólar en las transacciones internacionales, sino a disputarle la asistencia financiera en los países de la región, hoy China aborda la tarea que preliminarmente efectuaban los organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, FMI), con el viento de cola de EE.UU. revaluando el dólar. Desde 2005 a 2013 la región recibió casi 100 mil millones de dólares en créditos procedentes de China, alrededor de 60% del financiamiento otorgado por el Banco Mundial mas el BID, en el mismo periodo.

Actualmente, las reservas internacionales de China alcanzan los 4.3 billones de dólares, lo que revela una capacidad prestable preeminente. Ya vemos claramente como la relación entre China y Argentina no se circunscribe a una solicitud de cooperación financiera desesperada-como se dijo por allí-, sino a una estrategia económica capitalista de ambos países que apuntan al largo plazo. -¿Con quien le conviene mas hacer estos negocios a la Argentina? – ¿Con el circuito anterior del FMI, la banca privada occidental, las grandes corporaciones, o con China? - Pues entonces, pensemos en crecer sin restricciones externas, pagando menos costo financiero y alargando la “maturity[1]”, por un lado y, que los chinos aumenten su “market share[2]” por el otro.

Leyó bien “capitalistas argentinos y chinos”. Tengamos presente aquella  célebre respuesta que le dio Deng Xiaoping a una periodista que lo interpelaba sobre si las reformas en China no deformaban la Revolución Cultural impulsada por el autor del Libro Rojo (Mao); la respuesta fue: "No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”.

Recuerde que en la última reunión de la CELAC, (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), el presidente chino afirmó que en la próxima década las inversiones destinadas a la región alcanzarían los 250.000 millones de dólares y el comercio exterior alcanzaría 500.000 millones de dólares anuales (+100% de crecimiento). Tenga en cuenta que los convenios entre China y la Argentina son mucho mas flexibles que los entablados otrora con el FMI, que las inversiones chinas vienen acompañadas con transferencia de tecnología, aumento en el comercio bilateral, y desarrollo de proyectos de infraestructura. Compárela ahora con préstamos a cambio de privatizaciones, austeridad, condicionalidades, y auditorias de Anoop Singh para los desembolsos, mas tasa de interés mucho más altas.

En suma, el progresivo entrelazamiento entre China y Argentina-como con muchos otros países de la región y del mundo-, estaba previsto por China, por lo menos explícitamente hace 23 años y ratificado hace 10. El tiempo ha llegado, el cambio de actores ya es un hecho, a pesar de los nostálgicos.



[1] Vencimiento de la deuda (con el objeto de obtener promedios mas largos)

[2] Participación en el Mercado (con el objeto de tomar una porción mayor de los mercados)