Para Evo Morales y Rafel Correa, es una época de “golpes judiciales”. Los opositores exhibieron su impudor inconstitucional. Como en 2008 la Sociedad Rural y los cacerolazos de 2012/ 2013, se unieron hostiles contra CFK para lograr la “salvación de la patria” con una “marcha del silencio”. Convocada para 18 provincias del país, fingió “homenajear” a Nisman pero ocultó su actitud antidemocrática. Basta ver los portales llenos de insultos a la Presidenta. País de valientes con seudónimos, que dejan aflorar su falta de hombría. En el barrio tenían otro nombre.

Disfrazando razones, la armaron 8 fiscales bastante desprestigiados y  poco “independientes” que fallan a favor de las corporaciones. Algunos fueron cuestionados por encubrir el caso AMIA y temen perder, con el nuevo Código Procesal Penal que sumará más fiscales, privilegios que nacen de los años ´90. En cambio, a 81 fiscales federales que firmaron un documento contra la marcha, se los invisibilizó. Pocos se enteraron.

Mientras éstos piden el saneamiento de la Justicia, los demócratas del fraude desafían con la marcha. Fiscales que no admitieron los hábeas corpus por los 30 mil desaparecidos en el Proceso. Otros más jóvenes apartados de causas, sin castigo. La Corte en silencio. Revela grietas entre ficción mediática, el absolutismo del Poder Judicial y la dignidad.

Apadrinados por el jefe del Partido Mediático, sin duda estuvieron los que cargan sobre sus espaldas una larga historia de golpes, muertes, persecución y torturas, para imponer su soñado país para muy pocos.

¿Cómo se gesta un golpe blando? Lo hemos descripto algunas veces.

Para incendiar las mentes, los rumores alimentan a la gente utilizando el odio. Odio, odio, odio, odio, odio, odio, odio. Critican esta “dictadura” a lo Goebbels y al mismo tiempo, en marchas previas, agredieron a las personas y periodistas. ¿Quiénes son los verdaderos Goebbels? Sus agresivos carteles delatan esa intolerancia: de clase, racial y personal. La consigna virtual es: si no puedo ganarte te insulto, te pego, te echo.

¿La mayoría del pueblo desconfía, positiva, de las actitudes violentas?

Sí. Pues los verdugos históricos del pueblo no tuvieron igual éxito que antes. La mayoría de los fiscales nacionales y provinciales y una gran cantidad de entidades e intelectuales se manifestaron en contra de la marcha y su clima destituyente, frente a la legitimidad de las urnas. Si bien el Episcopado envió a una Comisión a favor de ella, el Grupo de Sacerdotes de Opción por los Pobres repudió la marcha de “un grupo del Poder Judicial, amigos de poderosos y corporaciones”. No hay que descartar, aunque parezca desmedido, el aporte de los fondos “buitre”.

¿Motivos económicos, y políticos foráneos, gestan los golpes blandos?

Según reveló H. Verbitsky, el republicano Carlos M. Gutiérrez, un ex secretario de George W. Bush, amenazó, si no se paga a Paul Singer, con un ataque contra el peso que forzará otra devaluación, denuncias mediáticas en el mundo contra CFK para desgastarla, impedir el pago de la deuda reestructurada y el financiamiento internacional. Lo están cumpliendo, si bien la movida de apertura a China los ha descolocado.

¿Acaso influyen, personas enquistadas por la política en los Servicios?

Quizás. Vea la mezquindad del Partido Radical. Prometió anular la ley de la nueva Agencia (AFI) y reponer a la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE). ¿Qué hay detrás? Quizás alguien perdió su salario. Lo real, es que no quieren la democratización de la Inteligencia y de la Policía.

¿Quién no respeta al Poder Ejecutivo, que impulsó la Ley de Medios, y al Legislativo, que la sancionó? El Judicial, desde hace 5 años. Con renovadas “cautelares”. Parte de él, es quien ahora exige la “Justicia”.

No muestra tener una venda y ser ciega, imparcial. Así, forma opinión. Moraliza en abstracto descalificando a los demás. Es similar a que los bomberos marcharan pidiendo que otros apaguen los fuegos. Lo más extraño, es que homenajearon a un muerto “heroico”, que según dice la Constitución pudo ser un presunto traidor a la patria. No sólo dejaba conducir la causa (dijo el juez Canicoba Corral) por la SIDE. Wikileaks certificó en sus cables que pedía permiso (y perdón) a la Embajada de EE.UU. antes de hacer y presentar expedientes al juez. ¿Es lícito eso?

Para muchos que van a ese país a reclamar una intervención aquí, sí.

¿Quién fue Nisman? Un ambicioso de fama. Se lo imputó su ex mujer al hablar con él un día antes. Según el periodista Juan Salinas –autor del excelente libro “AMIA, El Atentado”-, gastó durante los diez años, a cifras actuales, 2,5 millones de pesos mensuales, en sueldos y sumas no controladas. Y no avanzó nada. Valoraba su gran tren de vida, y en lugar de aclarar fiel al país la causa AMIA, trabajó para una Embajada que es extranjera, amén de hacerlo para la Secretaría de Inteligencia (SI). Según denunció Juan Labaké, también para el Mossad, y la CIA.

Nuestra Constitución Nacional condena como infame traidor a la patria en su art. 29, a aquél que “consiente supremacías” de otros gobiernos. También el Código Penal, en su Título IX, art. 215, condena a prisión perpetua al que “sometiera a la Nación al dominio extranjero”, y el art. 216, cuando intervienen dos personas o más para “realizar traición”.

Nadie se da por enterado. La muerte de Nisman, en lugar de plantear esa posibilidad de traición, la ha eludido. ¿A quién busca perjudicar? A CFK. Y si las pruebas no certifican un crimen de Estado –que pudo ser cometido por alguno de los Servicios enemigos de la Presidenta- dirán hasta octubre que las instituciones fallan. Son caranchos de la política.

¿Qué motivó la presentación de Nisman? “No podía no hacerlo”, dijo. Su relación con opositores era estrecha. Para gestar un golpe blando, 20 llamadas telefónicas de varios opositores permiten presumir que lo forzaron a entregar la acusación –que refrita argumentos de Servicios, según Salinas- a una comisión del Congreso, para ayudar al Grupo de medios que lo avalaba. Volvería a Europa. Pero el gobierno lo publicó y lo conminó a explicarlo en una sesión abierta, tolerando repreguntas.

Eso descolocó a Nisman. No pensó que debería hacerse cargo ante la opinión pública de un documento sin base jurídica, que parece no fue escrito por él ni constituía delito, e inclusive La Nación criticó por frágil. O le dijeron que le iban a quitar la causa, y presentó esa denuncia de un principiante. ¿El motivo? Quizás como prevención, para evitar que se la quitaran. ¿Qué revelaría una auditoría? ¿Salarios altos, lagunas?

Dada su alta autoestima herida, surge la tesis de un suicidio. ¿Los que lo usaban lo presionaron para matarse? Difícil que lo mataran. Olvidan todos que la más perjudicada por esa “muerte dudosa”, es CFK. Ellos  se manejan con grandes palabras, hoy tan degradadas que perdieron su sentido: libertad, república, justicia, democracia, igualdad. Casi no hay partido que no las enarbole, y desde el poder las tire a la basura.

¿Qué realiza quien carece de votos, para coartar la voluntad popular?

Se publicó que fueron a EE.UU a reclamarle por la “libertad de prensa” al patroncito los amados de medios hegemónicos, que enlodan el plan del gobierno por asco a las mayorías. Los nombres cambian, pero ya en 1951 Eva Perón explicaba que los golpes los hacen tres: militares, curas y sindicalistas. En cuarto lugar, influía el periodismo. Las noticias tienen un precio cotizado en “golpes”. Y el profesor Julio Maier afirma que ciertos jueces almuerzan, con colegas, en la Embajada de EE.UU.

Las falacias que escriben sus diarios en inglés, las repiten La Nación, Clarín, Perfil u otros afines, como si fuera un catecismo. Ni uno planteó que las propuestas de los “buitre” son inaceptables. Las creen lógicas.

¿Sabe el que salió a la calle, lo que le espera si este proyecto pierde?

A nadie escapa que en los países de Latinoamérica que no integran el Alca (Área de Libre Comercio de las Américas, unida estrechamente al Tratado  de Libre Comercio que sancionó –y aquí lo aplaudieron- el 15 de enero a la Argentina) los EE.UU. procuran ahora un veloz recambio de autoridades. Lo hacen por todos los medios. Descartada (a medias, tal como se apreció el 12 de febrero con el intento fallido de golpe en Venezuela) una asonada militar, la alternativa y la orden de Obama y la CIA han sido terminantes: un “golpe blando”. Para ello, se emplean grandes sumas de dinero, unidas a la planificación del Departamento de Estado de Washington. Armado como un sistema de relojería que venció otras veces. Pues a los estadounidenses, no les agrada perder.

Atacar a economías emergentes, precisa el aval de pueblos crédulos.

Siempre lo inician con marchas “pacíficas” que no son tales, como en 2008 los cortes de ruta aquí y el desabastecimiento del sector agrario.

Sin piedad, EE.UU subiste en guerra permanente desde hace 73 años: “Hasta que nuestros ojos puedan ver” dijo un general. Hoy sus medios tocan los tambores de guerra. Buscan desestabilizar a América Latina.

¿Quién le dio letra al derechista senador republicano Marcos Rubio y le hizo gritar en su Congreso que EE.UU. debe venir a Argentina para investigar el caso Nisman? Este país es soberano, dijo la Presidenta.

¿Hoy en día están en marcha otros golpes blandos en Latinoamérica? Dos gestados contra Dilma en Brasil y Bachelet en Chile. Y hubo otro

¿A cuenta de qué, norteamericanos y  británicos, van a Venezuela? ¿Por qué la embajadora de Alemania asusta al pueblo venezolano y dice que acapare alimentos y se cuide? Engendran temor, angustia.

Este 12 de febrero, de noche, Maduro (y dos asesores, con abundante y fidedigna documentación sacada de correos y llamadas) informó que abortaron un “golpe blando” que incluía el bombardeo de Caracas por un avión que despegaría de cierto país vecino (¿Colombia?). De todo lo cual era cómplice el alcalde (opositor) de esa capital, al que parece no le importaba que murieran algunos caraqueños. El objetivo táctico era: renuncia de Maduro y poner un gobierno empresarial, “transitorio”.

Los papeles hallados marcan al próximo 5 de abril como fase tope del “golpe” gestado con la venia de EE.UU. Si el “golpe azul” en marzo de 2014 causó 43 muertos (al tirar la derecha a gente sin armas, como se probó) el del 12 de febrero incluido el bombardeo al Palacio Miraflores, para matar a Maduro, duraría 9 minutos. Vigilados de cerca, pudieron desarticularlos. Maduro, de vivir, tal vez iría a uno de esos “32 bancos de muerte que tiene EE.UU., para torturar, en cárceles extrajudiciales”. La prédica de Maduro por la unión, el respeto y la paz no halla un eco.

Aquí también la Presidenta tiene como misión mantener la tranquilidad social y la paz, evitando un golpe contra las autoridades elegidas. Allá compraron a empresarios, políticos, y a algunos militares de la Fuerza Aérea. Para forjar el clima de caos pensaban tomar radios, televisoras y cortar el suministro de luz, agua y gas. Con eso basta para dominar a una población en minutos. Grabaron antes un video, con capuchas y pasamontañas, para hacer creer al pueblo que tenían todo controlado.

Y habían derrocado al gobierno, con la excusa de que el chavismo es “una amenaza”. Reclutaron a militares para bombardear Caracas, una ciudad abierta. Aquí ocurrió el 16 de junio de 1955: hubo 500 muertos.

Fragmento del poema “16 de junio”, de nuestro libro “Desnudo ente el viento” (Catálogos, 2011): “Canto la ofensa impune de la que no se habla. / Vivir con la agonía al alcance de la mano. Miro, / no sé quién soy, vomito cegado por la aflicción. /Todos corremos, aturdidos. Fango obsceno, /escombros, nubes de calor cubren ojos y caras. / Voces, llanto, piernas, brazos, un perro. / Debo abrir la memoria del corazón, la única leal. / Recordar cada día a invisibles o seguir fugando”. Los 39 pilotos asesinos se refugiaron en el Uruguay, y nunca fueron juzgados.

En Venezuela pidieron antes (y se la dieron por 10 años) una visa para exiliarse en EE.UU, si algo les salía mal. Previsión típica. De indignos.

El método golpista lo relata Malaparte en su libro “Técnica del golpe de Estado” (1931); lo usó Trotsky en 1917 en Rusia para la Revolución de Octubre. Y se repitió en otros países. A Curzio Malaparte le otorgamos un capítulo (fue un personaje irrepetible) en “Presencias interiores”. En el libro narramos, minuciosos, el armado de aquél y de otros golpes de Estado, pues Malaparte logra con inteligencia analizarlos paso a paso.

Así como Leopoldo López y otros predijeron que no tendrían Navidad en 2002; o que no habría Carnaval en 2014 (y fracasaron), existía un plan armado: primero surgió el desabastecimiento y los formadores de precios los aumentaron. Con ello, la inflación se disparó. Copiaron un guion que a la derecha perversa le otorgó la CIA. El primer punto era similar al que sueñan implantar aquí: devaluar, llamar al FMI, solicitarle préstamos para el Estado y empresas privadas (que al final pagaría la gente), anular los subsidios populares y cumplir lo previsto: cambiar el directorio de Pedevesa. ¿Qué significa? Otorgar a los norteamericanos el petróleo. Qué patriotas son los golpistas venezolanos. ¡Viva EE.UU!

Entre los papeles se hallaron pruebas de que si perdían iban a matar a López (aún está preso y es uno de los suyos), para acusar al gobierno de Maduro y causar más conmoción en la sociedad. ¿No le recuerda a un caso cercano? Hace un par de años Maduro habló con la familia de López para contarle eso. No le creyeron. Ahora seguramente tampoco. López cree ser insustituible. Es un engranaje. A descartar. Como otros

¿Cómo es la táctica silenciosa de un golpe blando, en Latinoamérica?

La OEA siempre calla. La dirige hoy un ex izquierdista chileno, José M. Insulza, y no sanciona la injerencia de EE.UU en ningún país, pues fue y es el principal aportante. Siempre. En 1961, Che Guevara en un duro discurso en Punta del Este le dijo en la cara a Lyndon Johnson que no se metieran con Cuba. La OEA validó los recientes gobiernos de facto de Paraguay y Honduras. Y critica, fiel apéndice yanqui, a Venezuela.

La estrategia política es siempre la misma: conspiran con “cipayos” de cada país, buscan las vías anticonstitucionales, financian reuniones e instituciones de opositores y a menudo con aporte de multimillonarios multiplican cierto clima destituyente. Como la ONG de Paul Singer y la diputada Laura Alonso a quien le dio gratis cien mil dólares. ¿Por qué?

Esa diputada varió en 48 horas su discurso sobre Nisman: aceptó ante las cámaras que el fiscal no le contó nada; y luego, que “mirándolo a los ojos dijo: Cristina Kirchner sabía todo”. ¿De qué? No importa. Para los idiotas útiles que podrían votar a esta contradictoria diputada, eso no es valorable. El “cipayo”, diría Jauretche, ha sido Nisman, al que la oposición y sectores interesados, retratan como una cándida víctima.

La CIA ayuda a instalar la idea: lograr que la muerte (por suicidio o no de Nisman) recaiga sobre el gobierno, y provoque la caída de Cristina. Alguna gente piensa que puede gobernar como antes, sin votos y con fusiles de plomo, o verbales. Posee un público sumiso al que en tele o su radio, para hablar sobre 500 muertos, le dedica sólo diez segundos.

Históricamente, su relato no es nuevo. Repiten su guion: un “ataque”. Empezaron como siempre, al ser “atacados”: la guerra con España en 1898; “ataque” al Lusitania en 1915 y Primera Guerra; “ataque” a Pearl Harbor en la Segunda; “ataque” al paralelo 38 (Corea, 1951); “ataque” a un barco en Vietnam, 1963 (ya se probó que lo armó la CIA); a Irak, tras ser “atacados” el 11-9-2001. Todos, ataques incitados o tolerados.

Usa la derecha el truco yanqui en las guerras: fue atacada al “matar a Nisman”. “Por orden de la Presidenta”, sugieren los diarios del mundo. ¿Qué gobernante idiota haría matar a alguien que debía presentar una acusación YA PUBLICADA y sin valor, para así perder el poder? Sólo la mente afiebrada y desairada de algún ex SIDE podía elucubrar esto.

¿Cuántas milésimas de segundos vale cada vida? Ahora se sabe que en Vietnam, donde tuvo 58 mil muertos, EE.UU no mató dos millones de civiles, sino entre 3.700.000 y 5.800.000. Y nadie fue juzgado. Lo callan. La guerra es una enfermedad de la humanidad. E inimputable.

Desde el Juicio en Nuremberg a nazis, no juzgan crímenes de guerra.

Por ello, mataron a civiles en Irak. Se supone que suman un millón. El “Nobel de la Paz”, Obama, ordenó aprobar el presupuesto de Defensa más alto de la historia para este año: 708 mil millones de dólares. Dijo: “Hay que torcerle el brazo a esos países que no quieren hacer lo que deseamos que hagan. Si fallan otros planes, tenemos que lograrlo de cualquier manera”. Como se ve, hay muertes dignas (las del 11-9, o de Charlie Hebdo) e indignas: la del enemigo. Que es el que no obedece.

En 1991, cuando los civiles iraquíes muertos sumaban casi 400.000, EE.UU ordenó un bloqueo económico. Y mató de hambre a 500 mil niños. ¿Similares a los suyos? No, musulmanes. Tras liquidar a Gadafi en 2011, se apropió del petróleo de Libia, y luego de 110 mil millones de dólares que tenía Libia en bancos occidentales. Robo. Sin castigo.

Somos hormigas frente a las multinacionales, las corporaciones y los medios hegemónicos. La Demoeconomía (definición de quien escribe) no comenzó aun. Pero llegó la hora de iniciarla. Todos (en especial el Poder Judicial, según un documental sobre EE.UU que emitió Telesur) obedecen a la banca privada. Incluso en España no existe hoy un solo banco público. Ni se regula o controla a los privados. Como hoy aquí.

No por culpa del gobierno. Se dictan leyes. Pocos las cumplen. Sobre las 4040 cuentas del HSBC, no se avanzó. Quizá ese dinero ya partió. Escuche la irónica canción española de los ´80: “Ay Suiza, patria mía”.

¿Ocurre sólo en Latinoamérica? El film “Kartellet” (2014, C. Bostrup) demuestra que las licitaciones, en Dinamarca, se amañan fijando los precios. El film finaliza con esta leyenda: “En las últimas dos décadas, los Carteles del negocio de la construcción le costaron a la sociedad danesa millones de coronas. Nadie conoce el alcance total". Allá, y aquí, intuimos quiénes fueron los beneficiados. Desde hace décadas.

Pero en EE.UU. existe más injusticia: sentencian de acuerdo al lobby. Pague y cobre. Aquí existen juristas admirables (en Justicia Legítima), pero no integrarán jamás la Corte. Es usual oír decir a los poderosos (empresarios o políticos): “Cuando quiera su opinión, se la voy a dar”.

¿Por qué el 1 % que tiene más riqueza que el 99 % detesta compartir?

Es su estilo. La diferencia entre ricos y pobres, a pesar del progreso, es cada vez mayor, se amplía. Y se aprovechan de ello. Los  salarios bajan, humillan a los trabajadores. Buscan que los voten y continúen maleables. Hoy parecen reaccionar masivamente en Grecia y España.

El kirchnerismo ha sido el depositario del odio de la clase alta, y parte de la media. No quieren perder privilegios por incluir a los vulnerables, incluso extranjeros. A los argumentos solidarios de la Presidenta, les señala  Quevedo: “Donde hay poca justicia, es un peligro tener razón”.

La Presidenta busca negociar comprensión con ese tipo de ególatras, y es evidente que sólo recibe bofetadas. Pero según Mae West (sex symbol de los 30´) la espera el cielo: “Las chicas buenas van al cielo, pero las chicas malas van a todas partes”. Inclusive a raras marchas.

¿Desde el empresariado se boicotea al país, buscan el golpe blando?

Cuando CFK informó que firmó 22 acuerdos en China, y uno le da a Techint el 70 % de la construcción de un dique con dinero chino, se asombró de que ese Grupo, con sede en Luxemburgo, plantas en 10 países y decisión del dueño Paolo Rocca de que el Estado no supere al Mercado, criticara por medio de un representante, dichos acuerdos.

Quizá suponen que el país les debe contratos y licitaciones perpetuos. Pero este holding diversificado, con negocios con Dios y el Diablo, ha mandado siempre. Teme que las exportaciones de acero del gigante asiático le hagan sombra a las suyas. Tanto EE.UU. como China, por ahora se necesitan. Mañana, se verá. En tanto, Techint, que compró hace años Somisa por casi nada, tiene subsidiada la energía (cuando en el menemismo mucha gente usaba velas porque no podía pagar la luz) y sus ganancias con un Estado sumiso las utilizó para penetrar al mercado internacional, sin dudas pone fichas a candidatos opositores.

Que en 2016, garanticen su feudo y le vendan el 26 % de Siderar que tiene la Anses (del negocio trunco, las AFJP) y CFK se opone a ceder. Enamorados de sí mismos, tienen el síndrome de un Estado sometido. Buscan la Restauración, volver a los ´90, mendigar por el trozo de pan.

Sin ser sutiles, comprendemos que a Techint también le ordenan. Los EE.UU. en secreto detestan a China, porque desde 2005 invirtió 80 mil millones de dólares en la cuenca del Orinoco de Venezuela, y durante 2014 hizo 245 acuerdos sobre construcciones para obras sociales en ese país. ¿EE.UU. reúne excusas para invadir a Venezuela? Porque el crudo en México bajó 80 mil barriles diarios. En 15 años la producción se redujo el 19 %. Y sigue bajando. EE.UU (con Techint y otros) busca controlar la economía de Latinoamérica. Argenzuela (ríe “El País”) out.

¿A los 300 mil millones de dólares fugados les es útil un golpe blando?

Según el film “Turks y Caicos” (ocurre en dos islas, paraísos fiscales del Caribe) actúan 200 mil americanos en Inteligencia en 16 Agencias que controla la CIA. Demencial: hoy lo hacen en 170 países, mediante políticos y contratistas privados: “En este momento, EE.UU. dedica un billón de dólares a modernizar el arsenal nuclear” dijo Noam Chomsky.

Sigue “el asalto neoliberal contra la población mundial”, dice Chomsky. La CIA sabe cómo aterrorizar a los ciudadanos que dicen sí a todo. Los que si cayera Cristina aceptarían, habituados a las botas encima.

Muchos de los que conspiran desde el propio inicio del kirchnerismo, se esconden tras una postura del pragmático Talleyrand, ese “diablo cojo” que colaboró con los reyes, Napoleón y la Restauración: “Sólo conspiré cuando me acompañó la mitad de Francia”, dijo. Se olvidó de apuntar: “La mitad rica”. Aquí incluso parte de la clase media. No toda. Sí la que les cree a los medios hegemónicos. Y sin saberlo, se suicida.

¿Por qué a los políticos y fiscales opositores les sirve el golpe blando?

Ciertos fiscales de la marcha tienen antecedentes horribles. Y la gente los vitoreó. Daba pena. Millares fueron manipulados. Antes de irse, la dictadura nombró amigos en el Poder Judicial. A otros los nombraron en la democracia. Viven aquí por beneficio pero depositan sus ahorros en otros lugares. Unidos a EE.UU, pocos se sienten argentinos: posan de serlo. Piensan que Dios está aquí dormido y el momento de salirse con la suya será antes de 2016. Mojando la cancha, haciendo trampa.

No se extrañe si, vencida esta embestida desestabilizadora de nuevas minorías derechistas (no había jóvenes, son lúcidos, no tragan sapos) maten -como predijo algún fiscal- a otra persona conocida. Son genios para inventar caos, armar causas y que al final la culpa la tenga usted.

Otros creen, dijo  Albert Camus en 1960 (previo a su accidente fatal, a los 47). Anotó: “Dar, cuando se puede, y no odiar, cuando se puede”.

Pues alguien dijo que los dueños del poder se ríen de la gente buena y de las patrañas. Como esa de “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti”. O de esta otra: “Los mansos heredarán la tierra”. Sí, quizá dos metros bajo tierra, como todos los demás. Porque la de arriba, se la quedan los poderosos. Que se llevan tan bien con el hombre común como un boxeador con el referí de su pelea. Pero algo de la Biblia, sin duda, continúa vigente: “La vela de los malvados deberá ser apagada”.

Debemos tener fe en este proyecto. Si prosigue, lo logrará. El domingo la Presidenta mostró otra vela. Que simboliza la llama de los derechos.

Con ella, como señaló el poeta Virgilio, “los que creen, podrán vencer”.