'Puppa' Albo es como una buena bebida de marca: no falla. Como lo esperábamos el cantante brindó un verdadero show. Y a "show" no me refiero a solo una sucesión de temas, sino todos aquellos detalles artísticos que hacen a un gran espectáculo.

La gente comenzó a llegar temprano al Vorterix y pudieron, en realidad, pudimos escuchar la nueva banda del 'Negro' Dalí, ex Kameleba, poniéndole onda a la antesala del show.

Después de algunas cervezas y de un juego popular que se armó en el recinto: esquivar los lázer de los seguridad, nos preparábamos para el plato principal que llegaría, como siempre, de la mano de su tremendo grupo, el Shengen Clan.

Como empezaron, terminaron: la banda tocando un groove sin su líder, pero haciendo vibrar a todos. Así como te lo describimos y te lo mostramos en video, Alborosie llegó al escenario, alabado por todos los presentes. 

El formato al argentino le sentó mucho mejor, porque fue un poco más rocker. No estaban las coristas femeninas que armonizan mucho más las voces y le dan una mayor libertad al cantante para que pueda "juguetear" con el público. En este caso, tenía un poco que volver a hacerse cargo más de la voz.

Sí, es algo que odio de este músico que amo: que no cante los coros. Me pone mal, porque cuando empiezo a cantar el estribillo quiero escuchar su voz acompañándome, así como lo hace en el auto o en el celular, pero no, Puppa Albo se encarga de desarmar cada canción y ponerla sobre la mesa como si fuera un rompecabezas. Más allá de mi capricho, eso habla de su talento como músico y compositor.

¿Canciones? Sonaron todas: Kingston Town, No Cocaine, Herbalist, Diversity, Blessings (originalmente de Etana), Real Story, y así podríamos seguir tirando hits por varios minutos más.

Pero lo que más quiero rescatar es este enamoramiento de Alborosie con el público argentino. El músico viene mucho, le gusta y se nota, se ve que lo disfruta como también los rastas argentinos, que están acostumbrados a ese poder del new roots y a bandas como Resistencia Suburbana que le ponen rock a todo lo que hacen. Es que, Albo es muy rockero en su roots y en su dancehall.

El Teatro se convirtió en una bomba de reggae roots y new roots. La bebida estaba dentro de todo a precio, así que nos fuimos más alegres todavía. El frío seguía afuera esperándonos y nos dio una bofetada al pisar la avenida Lacroze. Pero nuestros corazones, oh jah, estaban calientes.