Se trata nada más ni nada menos, que de Bruce Dickinson, el vocalista de Iron Maiden: en una reciente entrevista con el Guardian, el músico explicó porqué las organizaciones culturales nunca apoyaron al metal, pero sí a los punks.

En una de las preguntas, el periodista cuestiona la forma en que el establshment de la cultura llama al género metal, como "un arte menor".

"Lo más cerca del 'establishment del arte' que llegó a estar el metal, fue el punk", respondió el cantante. "La razón por la que abrazaron el punk fue porque son basura y podían controlarlos", afirmó.

"Podrían decir: 'Ah, sí, los punk podemos burlarnos de todo el mundo. No podemos tocar nuestros instrumentos, pero eso significa que podemos hacer que todo esto sea una gran actuación'", se puso en la piel de los punk.

"La mitad de los niños que estaban en bandas de punk se reían de la creación artística: 'Muchas gracias, nos dan el dinero y vamos a cagarnos en ustedes. Nos llenaremos las narices'. Pero lo que realmente les encantaría estar haciendo es pertenecer a una banda de heavy metal, rodeados de estrellas porno ", agregó Dickinson.

Dickinson cargó contra los artistas que participan del festival anual en Glastonbury -que se ganan el adjetivo de innovadores por el sólo hecho de ser convocados- criticando su interés en la fama: "Veo a estos pajeros sobre escenarios como Glastonbury, deambulando como si tuvieran un espejo unido a ellos mismos, para mostrarse a las cámaras y sin prestar atención a ese chico en la primera fila".

"Eso es lo que hace la diferencia entre Maiden y todo lo demás. No estoy interesado en ser famoso", señaló el cantante.

"La fama es el excremento de la creatividad, es el sorete que sale por la parte de atrás, que es un subproducto de la misma. La gente cree que la mierda debe ser consumida, pero no lo es. Lo que importa es la creatividad, la audiencia y estar allí en ese preciso momento", sentenció.