Corría el año 2006 cuando unos promotores decidieron construir un centro comercial en Seattle, Washington, justo en el terreno donde se encontraba la casa de Edith Macefield. Más allá de haberle ofrecido 1.000.000 de dólares, la mujer se negó a vender su amado hogar, por lo que no tuvieron otra alternativa que construir a su alrededor.

La noticia del desafío empezó a circular por internet y su casa se convirtió en un símbolo de la lucha contra el crecimiento del corporativismo. De hecho, la película “Up” se inspiró en el diseño de su casa, la cual luego en la ficción formó parte de grandes aventuras volando por los aires con la ayuda de globos.

Edith murió en 2008 dejando su hogar a Barry Martin, que vivía en un edificio adyacente, con el que hizo amistad y la ayudó en sus últimos días. El futuro de la casa era desconocido, aunque Martin dijo que le gustaría convertirlo en un monumento de algún tipo.

Finalmente la casa fue destruida y comenzó a remodelarse, pero fue interrumpida y salió a subasta. El problema fue que no se logró vender, ya que al precio inicial de 170.000 dólares se le debió agregar otros 300.000 en impuestos de gravamen.