Se trata de Edward William Richards, de 56 años, proveniente de Bristol, Inglaterra, quien decidió arrancarse las dos orejas por su obsesión de querer parecerse a un guacamayo, un ave perteneciente a la familia de los loros.

"Creo que resultó bastante bien, me encantó. Fue lo mejor que me pasó en la vida" dijo Edward, que prefiere ser llamado “Araman”- se denomina Ara a la especie-.

Pero eso no es suficiente para el hombre, ya que ahora quiere mutilar su nariz para que tome la forma de un pico al igual que la guacamaya.

Cuando el inglés todavía conservaba sus orejas.

En total, “Araman” tiene 110 tatuajes, 50 piercings, 5 cuernos en la cabeza y una grieta en su lengua.