Ocurrió en el colegio Wagoner High School, en Phoenix, Estados Unidos, donde una profesora principiante se presentó en completo estado de ebriedad y sin pantalones a su primer día de clase


Su apariencia era tan desastroza, que sus compañeros de su nuevo trabajo impidieron que entrara al aula, para evitar bromas y semejante espectáculo ante sus alumnos.


De esta manera, la llevaron hasta la sala de profesores, le dieron unos pantalones y esperaron a que se le bajara un poco la borrachera. Sin embargo, no dudaron en llamar a la policía. "La encontramos bastante desorientada al llegar al instituto", expresó Bob Haley, el jefe de la policía de Wagoner.


Más tarde, la profesora confesó que había estado bebiendo vodka antes de llegar al trabajo. Incluso, encontraron una botella en su coche.


El incidente causó tal revuelo, que el director tuvo que cerrar el colegio por unos días. De todas maneras, la maestra no fue despedida, sino que fue enviada a su casa para reponerse de la resaca.