Luis Ortiz, de California, Estados Unidos, tomó la decisión de acercarse al hospital  después de haber estado tres meses sintiéndose mal. Allí, los doctores le comunicaron que tenía una larva en el cerebro y que si hubiese llegado 30 minutos después ya estaría muerto.

El doctor que lo trató, Soren Singel, contó en declaraciones al diario Napa Valley Register que la larva estaba bloqueando el fluido de líquidos a varias partes del cerebro de Ortiz.

Al parecer, el hombre olvidó lavar algún alimento que haya ingerido y los huevos de larvas ingresaron en su cuerpo para luego moverse hasta su cerebro.