Martín Duram fue encontrado sin vida en su departamento de Michigan, en Estados Unidos, con cinco disparos en su cuerpo. Su esposa Glenna, que tenía una herida en la cabeza, se convirtió en la principal sospechosa por las palabras de su propio loro.

Fueron los padres de la víctima quienes dedujeron que Glenna podría haber sido la asesina, luego de escuchar, y graban en video, las palabras del loro Bud: “don't fucking shoot” -“no dispares”, con la mala palabra incluida-.  

Si bien Glenna había declarado a la policía que no tuvo nada que ver con el asesinato de su pareja, el fiscal Rober Springstead afirmó que después de observar el video tomará una decisión sobre presentar cargos, después de que termine la investigación.