El hombre, cuyo nombre no fue revelado, fue interceptado por la policía cuando intentó cruzar la frontera entre China y Hong Kong, en el paseo de Shenzhen, luego de que los oficiales notaran que "caminaba de modo particular".


Luego de que lo registraran, las autoridades descubrieron oculta en la ropa interior que vestía el contrabandista miles de diamantes de pequeño tamaño, además de piedras preciosas sin pulir y diez joyas de oro.


Aunque Hong Kong es parte de China desde 1997, sigue teniendo independencia económica, por lo que entre ambos territorios sigue existiendo una frontera que, pese a la fuerte vigilancia, es utilizada por mafias para llevar a cabo todo tipo de operaciones de contrabando.