James Hausman, de 61 años, fue golpeado en la cabeza por una puerta automática durante sus vacaciones en el crucero de Holland America, que partió de Seattle, Estados unidos, rumbo a Rusia, China y otros países de Asia y Oceanía.

El empresario estadounidense decidió demandar a la empresa, alegando que el accidente fue causado por un fallo en el sensor, que le dejó daños cerebrales. Finalmente el hombre ganó y le concedieron el derecho de recibir una indemnización equivalente a los 22.200.000 dólares.

Si bien el episodio ocurrió en 2011, James todavía sufre de problemas de memoria, mareos y desmayos.

Por su parte, la compañía se defendió argumentando que el accidente ocurrido durante una escala en Honolulu, Hawai, fue un hecho aislado e inusual. Sin embargo, durante el jucio, el abogado de James presentó otros casos de accidentes graves relacionados con otros pasajeros del barco perteneciente a la empresa.

Después del accidente, el americano vendió su empresa y se jubiló, según informó el diario británico Mirror.