Yizzel Morán, de 30 años, acudió a una clínica privada en la capital de Panamá para someterse a una cesárea, para la cual había ahorrado dinero, y así poder dar a luz a su primer hijo.


Pero eso no terminó ahí, ya que la mujer seguía sintiendo dolores en su abdomen, por lo que visitó el hospital algunas veces más para revisarse y verificar que esté todo en orden. La única solución que encontraron los médicos era recetarle a Yizzel unos antiinflamatorios y laxantes.


La medicación fue una solución temporal, ya que después de un tiempo la mujer no pudo moverse más, aunque esta vez decidió ir de urgencia al hospital público de Santo Tomás, también en la capital, lugar donde le realizaron todo tipo de estudios y dieron con el verdadero problema: tenía una tijera en el abdomen.


El bruto descuido médico le trajo infinidad de problemas a Yizzel, por ejemplo, el hecho de no poder dejar su departamento al estar imposibilitada de subir las escaleras y lo más importante, no poder cargar a su hijo durante diez meses.


Finalmente, Morán realizó una demanda por daños y perjuicios para que "las personas responsables paguen por su error", aseguró su marido Jorge Muñoz.