Su nombre es Terri Graham, de 44 años, oriunda de California, Estados Unidos, quien amamanta al perro pug de su hija cuatro veces al día. La mujer lo lleva haciendo desde hace dos años y asegura que tiene que alimentar al perro, llamo Spider, para poder cumplir con su papel de madre, ya que fue incapaz de amamantar a sus dos hijos.


El perro desarrolló el gusto por la leche materna cuando comenzó a lamer las botellas de leche del hijo recién nacido de la mujer. "Sentir a Spider mamando de mi pecho significa que finalmente me siento completa y una mejor madre", dijo Graham a la revista Closer.


La mujer contó que mucha gente la trata como un "bicho raro", aunque a ella no le importa. Psicólogos recomendaron a Terri tomar sesiones de terapia para poder descartar cualquier desorden mental mayor.