Nick Bevon, de 33 años, dueño de un bar en Bridnorth, al sureste del condado inglés de Shropshire, no podía creer lo que veía ante sus ojos cuando revisó la cámara de seguridad al ver que había varios vasos rotos en el piso.

Lejos de encontrar a un intruso, el hombre vio en la grabación como los vasos iban cayendo de a uno sin que nadie los toque y con el bar vacío, ya que a esas horas de la madrugada se encontraba cerrado.

“Llegué al trabajo el domingo a la mañana y abrí el local junto a mi asistente como normalmente suelo hacerlo, cuando noté que había varios vasos rotos en el piso. Fue ahí cuando pensé ‘¿Cómo pasó esto?’”, dijo el hombre en declaraciones al Daily Mail.

“Yo no creo en fantasmas, pero la verdad que no encuentro otra explicación. Hay una historia que dice que dos nenes fueron enterrados en la bodega en el siglo XVI y XVII. Al parecer estaban jugando a las escondidas cuando el lugar comenzó a inundarse y no pudieron salir”, concluyó Nick.