El granjero Leonid Stadnyk, considerado como el hombre más alto del mundo, tenía 44 años y medía 2,57 metros. Después de luchar contra una larga enfermedad, murió de una hemorragia cerebral.


El Libro de los Récord Guinness nunca pudo comprobar que en realidad era el hombre más alto del mundo, ya que Leonid es muy tímido y, a parte, piensa que su altura es una especie de castigo. "Mi tamaño es una maldición, un castigo de Dios, no algo que celebrar". dijo en declaraciones al diario The Mirror.


"El pecado que cometí no lo sé, toda mi vida soñé con ser como los demás. No quiero ni necesito la fama que esto traería, así que no tengo ganas de estar en el libro de los Guinness", agregó.