"Los casos difíciles, a menudo se ha dicho, generan una mala legislación. Eso es justamente lo que pasó esta semana. La Corte Suprema de los Estados Unidos ignoró las súplicas de los gobiernos de numerosos países, entre ellos los Estados Unidos, y trastocó el mundo de las reestructuraciones de deuda soberanas", indica una nota de opinión de The New York Times.

El artículo, que lleva la firma del periodista Floyd Norris, indica que la decisión del máximo tribunal "probablemente haya dañado el status del estado de Nueva York como la capital financiera del mundo, e hizo mucho menos probable que países que enfrentan problemas de verdad tengan la capacidad de reestructurar sus deudas", toda vez que aumenta "el poder de los inversores -a menudo pero no únicamente fondos especulativos que compran bonos en dificultades con grandes descuentos en su valor nominal- para evitar la necesidad de una reestructuración".

Según el editorial, es difícil sentir "simpatía" por Argentina, que llevó a cabo una "brutal" reestructuración "cuando razonablemente podría haber sido más generosa".

No obstante, el Norris alerta en su nota que la decisión del máximo tribunal de EE UU "perjudica a países cuyos problemas financieros son mucho más graves".