Este viernes 15 de julio Turquía vivió el quinto golpe de Estado desde su fundación en 1923. Una facción del Ejército declaró la ley marcial en todo el país, atacó con tanques y helicópteros las instituciones gubernamentales y arrestó a altos funcionarios del Ejecutivo.

Tras horas de protestas populares, así como enfrentamientos entre policías y militares, la intentona golpista dejó 194 muertos, entre ellos 43 civiles, 47 policías y 104 soldados sublevados. También se registraron mil 440 heridos y mil 563 golpistas detenidos.

El sábado en la mañana, el Gobierno de Turquía anunció que el líder del Estado Mayor, retenido por los golpistas, fue rescatado en una operación en una base aérea. Además, se destituyeron a cinco generales y 29 coroneles, involucrados en el golpe.

Policías y ciudadanos turcos, sobre un vehículo militar invoclurado en el golpe, en el puente del Bósforo de Estambul. MURAD SEZER (REUTERS)
Policías y ciudadanos turcos, sobre un vehículo militar invoclurado en el golpe, en el puente del Bósforo de Estambul. MURAD SEZER (REUTERS)

De regreso de sus vacaciones, el avión del presidente Recep Tayyip Erdogan aterrizó en el aeropuerto de Estambul, donde encabezó una improvisada rueda de prensa en la que dijo que los militares golpistas "han organizado un atentado contra la unidad, la solidaridad y la soberanía nacional".

Erdogan acusó a su rival y exsocio político Fethulah Gulen, quien reside en Pennsylvania (Estados Unidos), de darle órdenes a los golpistas, que son una "minoría dentro del ejército", y se mostró convencido de que el gobierno iba a controlar totalmente la situación en breve.

"Es una iniciativa idiota abocada al fracaso y se encuentra bajo control", declaró el primer ministro turco Binali Yildirim a la cadena de información NTV luego de que los servicios de Inteligencia de este país afirmaran que el golpe de Estado había fracasado.

Por el momento, la televisión pública turca, que había sido tomada por la facción rebelde del Ejército ya emite con normalidad, así como volvieron a funcionar el aeropuerto internacional Ataturk, infraestructuras básicas como los puentes sobre el Bósforo y el palacio presidencial.

Ello ocurre luego de que decenas de miles de personas salieran a las calles tanto de la capital de Turquía como de Estambul con banderas y un repudio generalizado al alzamiento golpista, después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan convocara al pueblo a manifestarse contra la facción militar sublevada.