Tras el sismo de 7,8 grados de magnitud (Richter) que el sábado pasado sacudió a Nepal, el gobierno de ese país informó que la cifra de muertos llega a 4.731 personas.

En medio de la destrucción, la población hambrienta se queja de que aún no les ha llegado la ayuda prometida por las autoridades nepalíes. Un residente del barrio de Maharajganj señaló que "aquí va a haber escasez de alimentos y servicios, por lo que es mejor salir ahora".

En ese sentido, el primer ministro Sushil Koirala indicó que "nuestros recursos y equipos son limitados", aunque dio que "estamos aprendiendo de nuestra debilidad y tratamos de hacer lo que se pueda para acelerar la operación de rescate".

Mientras tanto, más de 15 países participan en las tareas de rescate y la distribución de ayuda humanitaria.