La estadounidense Caitlin Coleman, de 31 años, su marido canadiense, Joshua Boyle, de 34, y sus tres hijos- que nacieron durante los cinco años de cautiverio- fueron rescatados después del trabajo de inteligencia entre Estados Unidos y Pakistán. 

Durante la persecución, los agentes paquistaníes dispararon a las ruedas del vehículo, reventando los neumáticos y logrando así detenerlo cerca de Kohat, una pequeña ciudad en la región de Kurram, al noroeste del país y limítrofe con Afganistán. 

El portavoz militar del Ejército del país, Asif Ghafoor indicó: "Nuestras tropas intentaron detener el vehículo tras recorrer varios kilómetros en la frontera, pero cuando los secuestradores se negaron, disparamos a los neumáticos". 

Los secuestradores asociados a los talibanes se fugaron a un campo de refugiados cercano ya que las tropas de rescate no les dispararon por miedo a herir a los rehenes. La familia fue rescatada del vehículo y se desconoce su destino que será protegido. 

Durante los cinco años de detención por el grupo Haqqani, asociado a los talibanes, la pareja y sus hijos pasaron la mayor parte del tiempo en Afganistán pero cuando fueron trasladados a Pakistán, las fuerzas de seguridad vieron la oportunidad de rescatarlos. 

Coleman y Boyle desaparecieron en 2012 durante un viaje a la provincia montañosa de Wardak, una región cercana a Kabul, la capital de Afganistán. En el momento de la captura, Coleman estaba embarazada de cinco meses.