Desde el pasado 25 de agosto que la ex primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, está con paradero desconocido. Sin embargo, el Tribunal Supremo de ese país decidió condenarla a cinco años de prisión por rebeldía y negligencia durante su gestión en un programa de subvención al arroz durante su mandato (2011- 2014). 

El gobierno de la exdirigente fue derrocado en 2014 por un golpe militar y con esta nueva condena muchos señalan que es una forma de alejar todavía más la posibilidad de que Shinawatra intente retornar al mundo político. 

Shinawatra "habría tenido que establecer regulaciones eficaces para evitar las pérdidas", han indicado los jueces en la sentencia que divide aguas.  Según el tribunal, "el programa  de subvenciones estaba salpicado de corrupción en cada etapa" y se indica que al menos se dieron pérdidas de 600.000 millones de baht (unos 18 millones de dólares). 

"Al permitir que Yingluck abandonara Tailandia, los militares se han quitado un peso de encima. Su encarcelamiento la habría convertido en mártir”, ha explicado el especialista en política tailandesa, Paul Chambers a El País. 

Según fuentes de la familia y reporteros de Reuters, la ex primer ministra huyó a Dubai, donde se encuentra también exiliado su hermano y ex primer ministro, Thaksin Shinawatra.

Los exilios se dan en el marco de una fuerte lucha de poder entre las élites tradicionales del Reino y la familia Shinawatra que ha ganado todas las elecciones nacionales desde el 2001 gracias al apoyo de la clase rural del noreste pero cuyos Gobiernos fueron derrocados con golpes de Estado.