En Austria se jugaba un amistoso entre el conjunto de Israel, Maccabi Haifa, y el equipo local, Lille.

El partido se desarrollaba normalmente, cuando un grupo de propalestinos ingresó al campo de juego con banderas y mensajes anti-Israel.

Este grupo agredió a los jugadores israelíes que tuvieron que responder y se armó una verdadera batalla campal.

El partido fue suspendido y el club israelí sacó un posterior comunicado lamentando lo sucedido.