Esta mañana, el Papa Francisco presidió la única Misa prevista para su viaje a Albania en la Plaza Madre Teresa de Tirana, y resaltó que esta nación es una tierra de mártires y recordó que Dios nunca defrauda porque está siempre con nosotros, especialmente en los momentos más difíciles.

En medio de gran preocupación por posibles atentados en su contra, Francisco arribó a la capital de Albania, primer país europeo de mayoría musulmana que visita. Tal como el mismo explicó, decidió viajar a este lugar del Viejo Continente por varios motivos.

Principalmente, porque Albania pudo formar un gobierno de unidad nacional entre musulmanes, ortodoxos y católicos, asistido por un consejo interreligioso que realmente funciona -un mensaje para el resto del mundo, especialmente en este momento en el que en varias partes del planeta hay cristianos perseguidos y asesinados por motivos de fe.

"Que nadie piense que puede escudarse en Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos. Que nadie tome la religión como pretexto para las propias acciones contrarias a la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales, en primer lugar el de la vida y el de la libertad religiosa de todos", advirtió Francisco durante su visita a Albania.

"Hoy he venido a darles gracias por su testimonio. He venido para animarlos a hacer crecer la esperanza dentro de ustedes y a su alrededor. No se olviden del águila que no se olvida del nido y que vuelta alto. He venido a involucrar a las nuevas generaciones; a nutrirse asiduamente de la Palabra de Dios abriendo sus corazones a Cristo: su Evangelio les indica el camino. Que su fe sea alegre y radiante; muestre que el encuentro con Cristo da sentido a la vida de los hombres, de todos los hombres", señaló.

"Donde hay juventud hay esperanza. Escuchen a Dios, adoren a Dios y ámense entre ustedes, como pueblo fraterno: no tengan miedo de responder con generosidad a Cristo, que los invita a seguirlo. En la vocación sacerdotal o religiosa encontrarán la riqueza y el gozo de darse a sí mismos para servir a Dios y a sus hermanos. Muchos hombres y mujeres esperan la luz del Evangelio y la gracia de los Sacramentos", amplió Francisco.