Nestlé inició una investigación interna en diciembre de 2014, tras varias denuncias de explotación laboral y trabajo infantil en Tailandia.

Se trata de empleados que provienen de países más pobres como Birmania y Camboya y que están expuestos a condiciones brutales a gran escala y que hasta el momento "habían pasado desapercibidos" para Nestlé.

Así lo reveló la organización sin fines de lucro Verité, que fue la encargada por Nestlé para realizar la investigación que arrojó cifras y situaciones alarmantes. Los empleados suelen trabajan sin descanso ni nutrición suficiente.  Además se registran desapariciones como así también la existencia de trabajo infantil en las plantas de recolección de mariscos.

En respuesta a la investigación de Verité, Nestlé planea "publicar una estrategia detallada para el año 2016 con el objetivo de proteger a los trabajadores y se compromete a imponer nuevos requisitos para todos los proveedores potenciales y propietarios de embarcaciones sobre los derechos humanos".

Ya en agosto de este año, la multinacional suiza fue demandada en Estados Unidos por la compra de más de 13.000 toneladas de materia prima para la elaboración de comida para gatos a  la compañía tailandesa Thai Union Fronzen Products, sospechada de utilizar mano de obra esclava.