SIn mantener el aislamiento, sin barbijos ni ningún tipo de protección más allá de las armas que portaban, un numeroso grupo de personas ingresó al Capitolio de Michigan mientras se discutía la extensión de la cuarentena para exigir que la misma se termine.

Tal vez consideren que aún son pocos los muertos víctimas del virus, lo cierto es que esta gente parece querer imponer su pensamiento a través de las armas e ingresaron sin protección alguna contra un posible contagio.

Incluso sobre el final se puede ver como un hombre tose en el medio de la multitud. Cada pueblo tiene el presidente que se merece.