Esta semana, el Superior Tribunal de Justicia de Brasil (STJ) votó por reducir la pena de 12 años y once meses que le impusieron a Lula en primera instancia, a 8 años y diez meses.

Por esa razón desde septiembre, al haber cumplido una sexta parte de la condena, podría beneficiarse con un régimen semiabierto: salir de día y volver de noche a la prisión.

Sin embargo, ello está supeditado al pago de una fianza de 3 millones de reales, unos 750.000 dólares, que el expresidente no tiene, por lo que está en riesgo que pueda acogerse a ese régimen especial.

Según el diario Folha, "abogados y amigos de Lula ya piensan en organizar una 'vaquita' para que pague la multa de 3 millones de reales del Superior Tribunal de Justicia".

No obstante, el abogado que patrocina a Lula, Cristiano Zanin, anunció que va a apelar la decisión del STJ “por entender que el único fallo posible es la absolución del ex presidente Lula porque no cometió ningún delito".