A menos de 24 horas de que Ucrania decretara un cese el fuego unilateral luego de acordarlo con el presidente ruso, el gobierno de Kiev reinició la ofensiva sobre las regiones rebeldes del este del país dado que los separatistas no depusieron las armas, como se esperaba.

El miércoles y tras mantener una conversación telefónica con su par ruso, Vladimir Putin, el mandatario ucraniano decretó un alto el fuego unilateral como parte de su plan de paz para las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, a la espera de que los separatistas hicieran lo propio.

"El plan comenzará con mi orden de alto el fuego unilateral" en las regiones de Donetsk y Lugansk, anunciaba el presidente Petro Poroshenko. Pero se trató de un breve período de 'paz', porque los rebeldes no aceptaron el acuerdo telefónico entre Kiev y Moscú y continuaron con los combates al no deponer las armas.

Así, este jueves el portavoz de la operación del gobierno ucraniano, Vladislav Selezniov, informó del inicio de la fase activa del ataque en Krasni Limán, en la región de Donetsk, baluarte de la sublevación.

"Los guerrilleros se negaron a deponer las armas, por lo que las fuerzas que participan en la operación antiterrorista están reforzando sus posiciones a fin de cercar al enemigo", explicó, añadiendo que el Ejército repelió en la noche del miércoles a un grupo de rebeldes que intentó romper el cerco de las tropas cerca de la ciudad de Slaviansk, escenario de encarnizados combates desde hace meses.

Entretanto, los pro rusos de la región de Donetsk denunciaron ataques por las tropas contra las ciudades de Séversk y Artiómovsk de la región de Donetsk, indicando que efectivos del ejército ucraniano "están ametrallando el pueblo de Zakótnoye, la ciudad de Séversk".

Según un portavoz prorruso, "los insurgentes responden con fuego, se está librando un encarnizado combate con el uso de armamento pesado por parte de las tropas".