En medio del zumbido de aviones de combate y explosiones lejanas, el gobierno separatista anunció una "movilización sanitaria" para hacer frente al "gran número de heridos". "¡Atención! Necesitamos con urgencia doctores, voluntarios y donantes (de sangre)", resumió el comunicado del gobierno prorruso.

El comunicado no detalla si todos los heridos fueron provocados por los combates cerca del aeropuerto con las fuerzas enviadas por el gobierno interino de Kiev o si, como sostienen numerosas versiones, también incluyen varios civiles que habrían resultado heridos en un episodio poco claro en las inmediaciones de la estación central de tren.

En tanto, el gobierno de Kiev que encabeza el presidente electo, el multimillonario Petro Poroshenko, ratificó que "no negociará con terroristas (por los separatistas prorrusos)" y pidió una ofensiva militar "rápida, corta y efectiva" contra las dos provincias sublevadas en el este del país.

En ese marco, desde Doentsk se había anunciado que, aunque hasta ahora no habían instalado un servicio militar obligatorio, "estaban analizando todas las opciones para garantizar una movilización total y pelear la guerra".