"Se lo conoce simplemente como “el último de su tribu”. Cava enormes hoyos, ya sea para atrapar animales o para esconderse en ellos. Si se acercan demasiado, disparará una flecha como advertencia. Tiene cerca de cincuenta años y pasó casi toda su vida solo.

En su casa se encontraron puntas de flecha talladas, calabazas para almacenar agua, nueces secas y una antorcha que ha hecho con resina.

Su huerto está lleno de verduras, mandioca y maíz. Probablemente venga por la noche, de incógnito, para recolectar la fruta cuando está madura. Debe haberle llevado días talar los árboles, él solo, para hacer hueco."

Esta es una de las tantas crónicas que remiten al último integrante de una tribu que habitaba el Amazonas y por culpa de la tala indiscriminada prácticamente ha desaparecido. Ha vuelto a ser noticia porque se lo ha logrado grabar hachando un árbol. Pero las imágenes deben ir más allá de la mera curiosidad, deben servir para tomar conciencia de la problemática de los habitantes originales del último pulmón verde del planeta.

Fuente: Survival.com