Si bien muchos celebraron que por primera vez una mujer quede al frente de la CIA, lo cierto es que el pasado- y presente- de Gina Haspel es más que polémico. 

La salida de Mike Pompeo que pasó a reemplazar al despedido Rex Tillerson, como Secretario de Estado, abrió la posibilidad para que Haspel llegue al mando, bajo decisión de Donald Trump. 

Haspel, de 61 años, dirigió en la década pasada una de las funestas cárceles secretas de la agencia de inteligencia estadounidense, donde supervisó la tortura de sospechosos de terrorismo.

Además se sabe que la funcionaria participó activamente en el intento de destruir todas las pruebas que la incriminaban en sistemáticas violaciones de derechos humanos de detenidos. 

Aunque la designación de Haspel tiene que ser aprobada por el Senado, por lo estará obligada a tener que testificar ante el Comité de Inteligencia y tal vez dar por primera vez explicaciones públicas sobre su papel en las torturas.