La británica Ann Hunt, de 78 años, y su hermana melliza Elizabeth Ann Hamel, quienes fueran separadas cuando tenían cinco meses de vida, al fin pudieron conocerse.

El encuentro entre las dos mujeres sucedió en Fullerton, cerca de Los Ángeles. Y la historia ya forma parte del Libro Guinness de los récords, por tratarse de las mellizas que más tiempo han pasado separadas antes conocerse.

La historia

El 28 de febrero de 1936, Alice Alexandra Patience Lamb, de 33 años, dio a luz a las dos niñas en la localidad inglesa de Aldershot.

El padre de las criaturas, en el ejército británico, dejó sola a la mujer y se desentendió de las mellizas. Así que cinco meses después del parto, la mujer decidió entregar a Ann en adopción, y , se quedó con Elisabeth, que había nacido con escoliosis, una deformación de la columna vertebral.

Hector y Gladys Wilson, una pareja de Aldershot, adoptaron a Ann, quien creció siendo hija única y sin saber que tenía una hermana melliza.

A los 15 años Elisabeth -quien desde adolescente supo que tenía una hermana-, abandonó sus estudios y se alistó en la sección femenina de la Marina británica, con la que acabó viviendo en la isla de Malta.

Allí conoció a su futuro marido, con el que se mudó en Oregón, en el noroeste de EE.UU., donde tuvo dos hijos y vivió durante estos 50 años.

El sabor del encuentro

Fue en el año 2001 cuando Ann, después de que su madre adoptiva muriera, decidió ir a la oficina del registro para conseguir una copia de su certificado de nacimiento. En el documento constaba que su madre era Alice Lamb, pero no se indicaba que tuviera una hermana.

La hija menor de Ann, Samantha, puso anuncios en el diario local, buscó en las listas electorales y empezó a navegar por foros de Internet.

En abril del año pasado, mientras Elisabeth estaba revisando el correo en su casa de Oregón, encontró una carta enviada desde Aldershot, en Reino Unido, que empezaba de la siguiente manera: "Te estoy escribiendo porque estoy buscando una conexión familiar". Al instante supo de qué se trataba.

Al cabo de uno minutos las dos hermanas mellizas, que habían permanecido separadas durante cerca de ocho décadas, estaban hablando por teléfono. En los meses posteriores pudieron verse y conversar a través de Skype.

Palabras mellizas

"Tenemos 78 años y durante todo este tiempo las dos nos hemos preguntado qué habría sido de la otra. A las dos nos tocó vivir como hijas únicas y no nos quedó más remedio que continuar con nuestras vidas. Estoy muy feliz de finalmente haberla podido conocer", le ha dicho este jueves a BBC Mundo Elisabeth unos minutos después de haberse rencontrado con su hermana.

Y Ann: "Tengo a mis hijos y a mis nietos, y amé mucho a mis padres adoptivos, pero siempre quise una hermana y ahora la tengo. Es algo increíble".

"Cuando era joven, a veces, si en una fiesta un chico me invitaba a bailar, le tomaba el pelo y le decía que no era yo, que se estaba equivocando, que yo era la hermana gemela. Es curioso ¿no? Porque no sabía que tenía una hermana gemela".

Ahora, las dos mujeres, que enviudaron hace unos años, pasarán dos días en Fullerton junto a dos de sus hijos que las han acompañado para participar en un estudio que está realizando la doctora Nancy Segal, quien lleva cerca de una década realizando una investigación sobre gemelos que se han criado por separado.