Aunque la institución eclesiástica se niega todavía a entregar la documentación sobre sus propias investigaciones con relación a sacerdotes acusados de abuso sexual, la Iglesia reconoce ahora que esa situación ha provocado "una relevante pérdida de credibilidad moral" ante el mundo cristiano.

En mayo pasado, representantes del Vaticano se presentaron ante el Comité de la ONU contra la Tortura, que investiga los casos de pedofilia, para argumentar que ese organismo carece de jurisdicción legal sobre los miembros del clero que puedan haber cometido abusos sexuales contra menores.

Sin embargo, al interior de la institución vaticana se reconoce el problema como algo acuciante, aunque se nieguen a entregar a la justicia ordinaria los casos que la jerarquía eclesiástica conoce y sus respectivas investigaciones.

Así, los obispos de todo el mundo debatirán entre el 5 al 19 de octubre próximos, bajo el lema "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización", la grave situación que las denuncias por pedofilia le causa a la institución, entre otros tremas, según el 'Instrumentum Laboris' que se conoció este jueves.

Durante el sínodo convocado por el papa Francisco, se abordarán varias temáticas, como lo que llaman "los nuevos desafíos" para la Iglesia católica: "la debilidad de la figura paterna", "la violencia" en el seno de la familia sobre las mujeres y los niños, así como ludopatía, alcoholismo, o incluso "los ritmos de trabajo intensos" que impiden dedicar atención a los hijos.

El documento de 70 páginas también aborda lo que llama "situaciones pastorales difíciles" al hablar de convivencias y uniones de hecho, que son, a juicio de los obispos, "debidas a la escasa formación del matrimonio o la concepción del amor como un hecho privado".

Otros de los temas que abordarán es el de los divorciados; las uniones homosexuales y la adopción por parte de ellas, a quienes prodigan un trato "respetuoso" a pesar de que los obispos rechazan cualquier reforma del dogma en ese sentido.