Francisco dio otra imagen de "progresismo" dentro de la Iglesia al mundo entero, con una llamada impensada para los que atendieron ese teléfono.

"El padre Bergoglio", se presentó Francisco cuando llamó a la casa de un hombre divorciado que le había mandado una carta al Pontífice porque a su nueva esposa no la dejaban comulgar pero, obviamente, sin esperar semejante respuesta.

Incluso, Francisco le pidió "perdón por no responder antes" y le dijo que estaba "conmovido por la situación", en una charla que habrá durado unos 10 minutos con la actual esposa de Julio Sabetta.

"Le dijo que es un tema que está tocando en el Vaticano, porque el divorciado que comulga no está haciendo nada malo", expresó Sabetta sobre la charla que mantuvo con su mujer.

También dijo que "la mamá de un amigo la incentivó para escribirle", porque se divorció antes de volver a casarse por civil y no podía comulgar.