El duro dictamen produce escalofríos. "Te dimos tres días para retractarte pero tú insistes en no volver al Islam. Te sentencio a morir ahorcada", le dijo el juez a la mujer acusada de apostasía. La víctima, Maryam Yahya Ibrahim, está embarazada de ocho meses y morirá en la horca por amor.

Sudán, país de mayoría musulmana y regido por la ley islámica (sharía), declaró culpable a Maryam Yahya de 27 años de renunciar a una religión (apostasía), por casarse con un hombre cristiano de Sudán del Sur.

Pero el juez no sólo dictaminó la muerte de esta joven mujer sino que también sentenció a que, la víctima, sufra 100 latigazos por haber tenido relaciones sexuales sin estar casada. Cabe destacar que las mujeres musulmanas, no están autorizadas a casarse con hombres no musulmanes y tales matrimonios son considerados inválidos.

En su defensa, Amnistía Internacional (AI) asegura que Maryam fue criada como cristiana ortodoxa, ya que su madre también lo es, pero las autoridades sudanesas la consideran musulmana, porque esa es la fe que profesa su padre, ausente desde que nació.

La sentencia, que no se ejecutará hasta dos años después de que haya dado a luz, puede ser modificada ya que hay un sistema de apelación dentro de Sudán al que se puede recurrir.

Debido a esta problemática, los embajadores de varios países y activistas de los derechos humanos en Sudán hicieron un llamado al gobierno local para el respeto a la libertad de cultos.

La Representante de UNICEF en Sudán, Joanna Van Gerpen, la Constitución en Sudán, que fue modificada en el 2011, establece la obligación del Gobierno de proteger los derechos de todos los niños y niñas y debe combatir las prácticas tradicionales perjudiciales que minan la dignidad y el estatus de las mujeres.

"Aunque no está específicamente mencionado", añade Van Gerpen, "asumimos que esto incluye la mutilación genital femenina, que tiene todos los años unas consecuencias físicas y psíquicas devastadoras para millones de niños, mujeres y familias".

El Sudán la homosexualidad; el sexo anal; Hacer guerra contra el estado; la apostasía; la prostitución; el adulterio; Actos que podrían poner en peligro la independencia o unidad del estado; Asesinato; Robo armado; Posesión de armas y contrabando son delitos condenados a la pena de muerte.