El pasado domingo se conoció que el Gobierno de Corea del Norte, encabezado por Kim Jong-un, realizó su sexta prueba nuclear al detonar una bomba de hidrógeno que puede equiparse en un misil de alcance intercontinental.

A pesar de las condenas internacionales, en especial tras el último misil que sobrevoló territorio japonés, Pyongyang continúa con su escalada militar desoyendo las advertencias. 

Kim Jong-un firmó personalmente la orden para llevar a cabo la prueba con la poderosa bomba que fue descrita como  "un arma termonuclear de un extraordinario poder explosivo". Si bien es difícil confirmar exactamente qué tipo de artefacto explosivo es, dado el hermetismo norcoreano, se pudo establecer que la detonación alcanzó una potencia de entre 80 y 100 kilotones que sacudió las entrañas del área generando un fuerte temblor. 

Estados Unidos amenaza con "respuesta militar masiva" a Corea del Norte

El ensayo provocó un terremoto de magnitud 6,3 que se sintió en la provincia china de Jilin, fronteriza con Corea del Norte, y también en la ciudad rusa de Vladivostok. 

Si se compara con la bomba que Estados Unidos lanzó en Hiroshima- que fue de 15 kilotones- esta detonación es la prueba militar más importante realizada por Corea del Norte. 

NORTH KOREAN CENTRAL NEWS AGENCY (KCNA) REUTERS
NORTH KOREAN CENTRAL NEWS AGENCY (KCNA) REUTERS

"Por un lado, Corea del Norte utiliza estas pruebas con el objetivo de presionar a Estados Unidos para que reconozcan su poderío nuclear, pero esto difícilmente ocurrirá. Por otro, es una forma de mantener su régimen seguro, así que el programa nuclear seguirá adelante a pesar de que las sanciones dejen a la población del país hambrienta", explica Lu Chao, experto en Corea del Norte de la Academia de Ciencias Sociales de la ciudad china de Liaoning ; en diálogo con El País. 

La reacción de Estados Unidos 

Washington oscila entre la cautela y la necesidad de aleccionar a Corea del Norte que continúa sin miramientos con su plan de expansión nuclear. 

Si bien la vía diplomática no ha sido descartada, es evidente que la "paciencia" parece estar agotándose como lo repite una y otra vez Donald Trump. La primera reacción del mandatario estadounidense fue una serie de tuits a primera hora del domingo en los que subrayó que “las palabras y acciones de Corea del Norte son muy hostiles y peligrosas para Estados Unidos”. 

Luego señaló que estaba “sopesando, entre otras opciones, detener todo el comercio con cualquier país que haga negocios” con Pyongyang, lo que afectaría sobre todo a China y al comercio de la región. 

Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis advirtió que quien amenace a EE UU "recibirá una respuesta militar masiva" y luego se conoció el diálogo que hubo entre Trump y el Primer ministro japonés, Shinzo Abe, que reafirmaron su "compromiso de defensa mutua". 

El Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una reunión de emergencia y destacó que EE UU "no está buscando el aniquilamiento total de Corea del Norte" a pesar de que dispone de "muchas opciones para hacerlo".

La embajadora estadounidense Nikki Haley ha criticado que el Consejo al señalar que el organismo ha sido a veces "demasiado lento y demasiado débil" a la hora de implementar medidas contra Corea del Norte y ha instado a "agotar todos nuestros medios diplomáticos" y "adoptar las medidas más fuertes posibles".